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Yo ya era muy fan de Dani García, desde hace años. Y lo fui más aún cuando en pleno confinamiento nos regaló media hora de su tiempo para enseñarnos en directo la receta de los buñuelos de bacalao de su madre. Pero ahora, gracias a su Instagram, directamente es mi ídolo. ¿Por qué? Porque se ha declarado firme defensor de la tortilla de patatas SIN CEBOLLA, como yo. Y estar en su equipo ya me da un argumento casi irrefutable para cuando algún cuñado se me vuelva a poner peleón con el tema. Ya está bien.

Pero Dani no sólo ha hecho está declaración de principios en su perfil de Instagram, además ha compartido la receta. Se agradece la generosidad. Mucho. Tanto, que te la vamos a resumir aquí y ahora, para que, si no lo eras ya, empieces a formar parte del movimiento #erradiquemoslacebolladelatortilla. Ahí van las claves, y luego la elaboración, truco maestro incluido.

¿Qué patata elijo? Dani lo tiene claro: patata Kennebec, también llamada patata gallega.

¿Cómo las corto? Si la patata no es muy grande, córtala en rodajas a lo ancho. Es importante cortarlas finas, más de lo que se cree. Un par de milímetros o tres.

¿Qué aceite hay que utilizar para freír? De oliva, siempre, y de calidad. Él como primera opción utiliza Picual. Si no tiene, Hojiblanca.

¿Cuál es la proporción perfecta de huevo y patata? Esta es una de las claves, y va en gustos. Para un punto intermedio, ni muy huevosa ni muy seca, hay que usar ocho huevos por kilo de patata. Si te gusta menos cuajada, añade huevo. Si te mola más mazacote, quítale alguno.

Elaboración de la tortilla de patatas

Lo primero, tienes que quitarles todo el almidón posible a las patatas ya cortadas. Lávalas una y otra vez, hasta que veas que el agua sale transparente. No las sales. Se fríen exactamente igual que las patatas fritas, que Dani García ya nos enseño a cocinar para que queden perfectas, aquí te lo recordamos👇:

Mientras se fríen, batimos ocho huevos y echamos en ellos la sal. No seas rácano, que la sal cuesta dos duros y no hay nada más triste que una tortilla de patatas sosa.

Ahora viene el truco. En cuanto estén las patatas ya fritas, sácalas y mételas inmediatamente en el huevo. Lo más calientes posibles. Escúrrelas antes, pero no sufras si cae algo de aceite, le da su punto. Remueve la mezcla sin machacarla. Verás que el huevo se cuaja un poco por el calor que conserva la patata. No sufras, esto hará que la mezcla coja cuerpo y luego te será más fácil manejarla, porque chorrea menos. Tienes que dejar la mezcla del huevo y las patatas reposar al menos 10 minutos, que se empapen bien.

Después, coge una cucharadita del aceite de freír y échalo en una sartén antiadherente. Las hay especiales para tortilla de patatas, como esta:

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Pros
Contras

    Vierte la mezcla cuando el aceite esté caliente y deja que se cuaje a fuego medio. El nivel 6 de la vitrocerámica es suficiente. Muévela para que no se pegue y separa los bordes con una cuchara de madera. Cuando se haya cuajado un poco, voltea sin miedo. Vuelve a echar una cucharadita de aceite y cocínala por el otro lado, volviendo a menear la sartén un poco. Cuando ya la veas en su punto, voltea una tercera vez, espera unos segunditos… y disfruta de la mejor tortilla del mundo… SIN CEBOLLA.

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