Freír patatas delante de mi suegro es un coñazo. Yo le adoro, pero en este aspecto el tipo es insufrible: “ese aceite no está caliente, ¿todavía no has echado la sal?, no deberías moverlas tanto, te cojo otra cerveza… ¿no tienes Estrella de Galicia?”. Se cree una autoridad en el mundo de la patata frita. La situación responde más un escenario con cuñados de por medio, pero a mí me pasa con mi suegro. Mi cuñado también tiene lo suyo, sobre todo con el bricolaje. Es un listillo, yo creo que su madre le parió en un Leroy Merlín. Pero cierto es que en cuestiones de tornillería y sucedáneos él sí que es el amo, cosa que no sucede con mi suegro y las papas fritas. En eso es uno más. Del montón.

Así que he decidido firmar las tablas con él. Por culpa de Dani García. Y es que el chef, que durante esta cuarentena está haciendo de su perfil de Instagram (@danigarcia7) una auténtica Biblia de la gastronomía casera (no os perdáis sus recetas, trucos…), ha colgado un vídeo sobre cómo hay que hacer las patatas fritas. Y de él me fio, de mi suegro no. Dani tiene tres estrellas Michelin en su currículum, y mi suegro solo tiene Estrellas de Galicia.

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Para los más perezosos, aquí tenéis el resumen:

1. El corte. Tienen que tener el mismo tamaño y no ser muy gruesas. Es una cuestión de lógica para que queden iguales: todas se van a freír en el mismo aceite y a la misma temperatura. Tienes dos opciones, o cortarlas con cuchillo poniendo mucho cuidado en hacer los bastoncillos calcados, o pasar de tener cuidado y hacerlo con un aparato como este, que te las deja todas igualitas de un solo golpe.

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      2. Eliminar TODO el almidón. La patata ya cortada tiene que soltar todo el almidón. Esto es fundamental. Lávalas hasta que el agua salga transparente, sin ningún resto blanquecino. Después escúrrelas bien.

      3. La sal. Ahora es el momento de echarla, con las patatas escurridas y antes de meterlas en aceite. ¿Por qué? Porque la sal hace que se deshidraten. Y para que la patata (y cualquier fritura) quede crujiente, es necesario eliminar primero todo el agua posible.

      Dani García, enseñando una patata ante de freírla.
      @danigarcia7

      4. El aceite (primera parte). Al principio no hay que poner el fuego ni muchísimo menos fuerte, a pesar de que lo hayas escuchado cien veces. Si tu inducción tiene nueve posiciones, la siete es más que suficiente. Si echas las patatas con el aceite demasiado caliente, lo único que vas a conseguir es que se quemen por fuera antes de hacerse por dentro. Las dejamos a temperatura media para que sigan haciéndose despacio y perdiendo todo el agua.

      5. ¿Moverlas o no moverlas? Esa es la cuestión. Sí, hay que moverlas. Despacio y con cuidado, pero hay que moverlas para evitar que se peguen al fondo y que las de abajo se quemen.

      6. El aceite (segunda parte). Después de 8 minutos a fuego medio, las patatas deberían estar ya cocinadas por dentro (saca una y compruébalo). Ahora sube a tope el fuego para dorarlas, las patatas deberían empezar a flotar poco a poco porque han perdido toda el agua. Que no te puedan las prisas, espérate a que tengan el color perfecto. Con 10 minutos a fuego fuerte será suficiente. En total, unos 18 minutos de fritura. Sírvelas sobre papel de cocina para que pierdan el aceite, y ya tienes una patatas fritas que podría haber hecho el mismísimo Dani García.

      Suegro, toma nota:

      Dani García enseñando un plato de patatas fritas
      @danigarcia7