Vayamos por partes, porque lo primero es lo primero. Y en este caso no podemos meternos de lleno en la receta de Chicote sin hablar antes de su outfit. Flipando estamos con este polo que el chef ha lucido en su Instagram, a medio camino entre el invierno y el verano, entre la sonrisa y el llanto, entre el amor y el odio. Un estilismo que parece un filtro de TikTok y además, muy exclusivo. Porque después de horas buceando en Internet, no hemos conseguido encontrar donde comprar semejante fantasía. Por favor, si alguien lo sabe, que nos lo haga saber.

instagramView full post on Instagram


Una vez visto el continente, vayamos al contenido, porque lo que ha compartido Chicote es un recetón delicioso para convertirse en la guarnición perfecta de casi cualquier carne o pescado. Un aburrido filete de pollo es otra cosa con una de estas patatas a su lado. Igual que cualquier pescado a la plancha o al horno. Incluso unas acelgas. Bueno no, las acelgas tienen difícil arreglo. Pero una patata Hasselback le pega casi a cualquier cosa y, además, es facilísima de hacer. Tanto, que ni siquiera la vamos a separar en ingredientes y elaboración, porque no hace ni falta. Apunta:

Primero lávalas bien, a conciencia, porque se van a cocinar con piel. Haz una base a las patatas quitando una pequeña loncha de la parte de abajo con el cuchillo (únicamente para que no rueden en la fuente). Después las atraviesas longitudinalmente con un palito de brocheta por la parte inferior.

Ahora haz cortes desde arriba de unos dos milímetros de ancho sin llegar hasta el final (el palo de la brocheta debería impedírtelo). Después, al horno con un chorrito de aceite y sal. Si las patatas son medianas tirando a grandes, unos 40 minutos a 180 grados.

Mientras se hacen, prepara un majadito con un diente de ajo, un poco de perejil, 8 o 10 bolas de pimienta negra, sal y lo espachurras bien. Añades 100 gramos de mantequilla a temperatura ambiente, mezclas todo y se lo añades a las patatas.

Luego le pegas un último horneado de unos 10 o 15 minutos a 200-220 grados. Y del horno deberías sacar una guarnición tan elegante y deliciosa como esta:

patatas hasselback
The Picture Pantry/Ivan Danik

Pero ojo, que no tienen por qué ser solo guarnición. Las patatas Hasselback se pueden convertir en un plato en sí mismas, incluso si me apuras en plato único. Para eso te lo tienes que currar un poco más y puedes meter entre las láminas de patata lochas de queso o jamón o bacon... o mejor, las tres cosas. Mira y saliva:

patatas hasselback
LauriPatterson