Un 40% de las personas que ejercen una actividad deportiva y se lucran con ello en España no tienen ninguna formación reglada que les acredite como profesionales, y el 69% de estos sólo tienen la educación secundaria. Hablamos casi de la mitad de los que creemos monitores deportivos, entrenadores y otros trabajadores de la actividad física.

El procedimiento lo facilitan los cursos online, los de fin de semana o simplemente un buen físico entrenado en un gimnasio durante años. Aquí, este último aspecto es clave a la hora de una contratación.

Por desgracia, la mayoría de los usuarios que aceptan los servicios de un entrenador personal se dejan influir por el aspecto físico de éste, y ya si es una mujer, paramos de hablar.

Aunque en Madrid, desde el año pasado, la multa a estos intrusos puede llegar a ser de hasta 30.000 según la Asamblea del Parlamento regional y su Ley de Regulación de Profesiones Deportivas, sigue habiendo mucho sinvergüenza por hacer.

Si este intrusismo ocurriese en otras profesiones relacionadas con la salud, porque no hay que olvidarse que un entrenador tiene que ser un profesional de ésta, ¿qué pasaría?

Si ponemos en Google "curso personal trainer online" podemos ver chollazos como estos.

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Cuando ponemos nuestro cuerpo en manos de alguien, como poco, deberíamos exigir que esta persona tenga una profesión regulada y oficial. Al fin y al cabo, un mal gesto o técnica puede desembocar en lesiones graves que pueden acompañarnos para toda la vida. Si entrenando con alguien que sabe podemos tener en cualquier momento un accidente, imagínate si esta persona no tiene idea de lo que está haciendo por muy buenos bíceps que tenga.

ENTONCES, ¿CÓMO ELEGIR A UN ENTRENADOR PERSONAL?

El licenciado en Actividad Física y Deporte, José Miguel del Castillo (además de ser vocal de fitness y EF en COPLEF) da las claves para que no nos den gato por liebre. También recurrimos al COPLEF (Colegio Oficial de Licenciados de Educación Física y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Comunidad de Madrid).

1. Siempre desconfía y busca licenciados: en España cualquiera puede decir que es entrenador personal, hay hasta camisetas ya hechas. Pero según José Miguel, una persona que desempeñe esta profesión tiene que tener un conocimiento pleno de la fisiología del ejercicio. Las titulaciones universitarias oficiales más altas son INEF y CAFYD, cualquiera que tenga alguna de estas titulaciones lo pondrá en su currículum.

2. Contrasta su experiencia: este paso viene si el primero está comprobado. No valen fisioterapeutas, ni nutricionistas, ni otro tipo de profesionales de la salud que también hayan decidido dedicarse a esto aunque no sea su campo. Si un cardiólogo no te opera el cerebro, un nutricionista no debería entrenarte por mucho que sepa cómo funciona el cuerpo humano o la biología. No te fíes siempre de los entrenadores de los famosillos, te sorprenderías de lo que hay ahí.

3. Que no te dé un plan ya hecho de otra persona: porque si es bueno, evaluará tu caso, te hará pruebas de movilidad, sabrá tus lesiones y tu historial de salud y deportivo. Hacerte una rutina le llevará su tiempo, si te saca una tablita prediseñada de una carpeta el primer día nada más verte, chungo.

El servicio a domicilio es el más demandado

4. Comprueba que usa material de calidad: ni lo más barato, ni escaso, ni roto, ni en mal estado. Un profesional como Dios manda, tiene su propio repertorio de calidad y no suele ser precisamente barato ni malo.

5. No te guíes por el físico: ni dejes de preguntar ni investigar en su formación porque el tío está fuerte. El conocimiento de un entrenador no tiene por qué corresponder a su físico, fíjate en los entrenadores de futbol o de baloncesto...

6. Tampoco por sexo: porque, por desgracia, es una profesión que se asocia con muchas fantasías sexuales. Y sí, todos hemos soñado con que nos entrene un pibón, pero aquí estamos a otra cosa. Para el resto, tienes Tinder.

7. Ojo con los infuencers: y más con las mujeres potentes y los hombres cincelados que sacan libritos con consejos de entrenamiento cuando no tienen ninguna formación reglada. Como rasques un poco, puedes alucinar. El intrusismo que hay en el mundo de las redes sociales es brutal y la gente no para de escribirles para que les entrenen y se gastan el dinero en sus famosos manuales. Lamentable.

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8. El precio: un licenciado en Actividad Física y Deporte cobra entre 50-60 euros por sesión de entrenamiento personal. Si el precio está por debajo de esto, o no tiene clientes (cosa que es rara porque si eres bueno, demanda hay para parar un tren) o no es una persona titulada.

9. Su actualización: el buen entrenador siempre está actualizado, porque los estudios de las ciencias deportivas se renuevan y llegan a diferentes conclusiones cada cierto tiempo. Es una profesión en la que se tiene que estar al día.

10. La especialización: ésta es importante porque en la carrera se estudian muchas. No está igual de preparado una persona que se haya centrado en la readaptación de lesiones a otra que haya decidido especializarse en gestión deportiva.

Si todos hacemos esto, contribuimos a que se termine por fin este mundo de intrusos, además de velar por nuestra salud (que dicen que eso siempre es lo primero).

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Marichu Del Amo
Marichu del Amo es colaboradora de belleza desde hace seis años, se licenció en Comunicación Audiovisual por la URJC y pasa el tiempo entre cremas y pintalabios mientras escribe en pijama a la luz de una vela bonita. Aparte de la cosmética, el baile, la música y las croquetas siempre están entre sus planes favoritos. Viviría entre nutrias viendo "Friends" en bucle una y otra vez.