Quemar calorías y quemar grasas son dos conceptos diferentes, aunque tendemos a confundirlos. Las calorías provenientes de los hidratos de carbono son las primeras en quemarse durante un entrenamiento porque conforman la fuente de energía que el cuerpo más gasta para su funcionamiento. Pero todas aquellas calorías que no se queman a lo largo del día, se almacenan como reserva en forma de células grasas. Cuantas más se acumulen, más le cuesta al cuerpo utilizarlas como combustible en los entrenamientos, por lo que el metabolismo hace doble esfuerzo. La sabiduría popular del fitness afirma que se quema mejor la grasa corporal a través de entrenamientos de baja intensidad ya que el cuerpo tiene más tiempo para acceder a la grasa almacenada y quemarla. Sin embargo, las rutinas de alta intensidad usan primero las calorías de los hidratos de carbono y por tanto cuesta más llegar a la grasa.

Así que, sabiendo todo esto, ¿cómo debe ser nuestro plan de consumo de calorías para que sea efectivo con el ejercicio?

Un estudio publicado en el Diario Americano de Psicología examinó los efectos de desayunar o no antes de un entrenamiento de baja intensidad entre 10 hombres con sobrepeso pero con buena salud. Los investigadores descubrieron que ingerir un desayuno de 600 calorías dos horas antes de hacer ejercicio tenía como resultado que los participantes quemaran ligeramente más calorías, pero si se saltaban el desayuno antes de la prueba acababan quemando más grasa.

Pero aquí viene la parte más interesante. La investigación decreta que ayunar antes de entrenar activa las células grasas asociándolo con un metabolismo sano, mientras que desayunar no lo consigue. “El ejercicio en un estado de ayuno puede provocar cambios más favorables en el tejido adiposo –o lo que es lo mismo, la grasa corporal– siendo beneficioso para la salud a largo plazo”. Unos resultados prometedores, aunque el estudio se haya limitado solo a la comida matinal.

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Pero si eres de los que no consigues hacer ejercicio sin haber ingerido algo antes, no te preocupes, hay ciertas pautas que puedes seguir para obtener los mismos resultados. Como hemos comentado más arriba, los entrenamientos de baja intensidad son la manera más fácil de quemar la grasa acumulada en el cuerpo. Por eso puedes ingerir grasas saludables para desayunar que serán más fáciles de eliminar. Los aguacates, huevos revueltos con aceite de coco, nueces, o mantequilla de cacahuete con plátano son opciones ideales para preparar un buen desayuno rico en grasas saludables. Los carbohidratos, como la avena o las tostadas de grano gordo, sin embargo, se deberían dejar para cuando quieras hacer entrenamientos de alta intensidad.

Así que ya sabes, a partir de mañana empieza con estos consejos, aunque mejor que no hagas ejercicio con el estómago demasiado lleno.

Vía: Esquire US
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Sarah Rense

Sarah Rense is the Lifestyle Editor at Esquire, where she covers tech, food, drinks, home, and more.