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Los 21 mejores discos del siglo XXI (de momento)
The Strokes, Amy Winehouse, Radiohead... seleccionamos los álbumes imprescindibles de estas dos décadas... y pico.
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¡Listas! ¡Listas! ¡Listas! La de la compra, la más lista de la clase, ¿sabías que hasta hay una parada en la la línea 4 del Metro de Madrid que se llama Lista? No podemos evitarlo, en Esquire nos gustan las listas. Se nos dan bien y son muy vistosas, además de útiles, por supuesto. Mira, es que las tenemos de todos los colores y sabores: las mejores pizzerías de España, las mejores tablets para que nos leas en una pantalla en condiciones y qué narices, hasta hemos rastreado los mejores desayunos de hotel.
Pero es verdad que las películas, los libros, las series y la música son nuestra especialidad. Date una vuelta por nuestra web, busca un rato en plan random y te maravillará comprobar la cantidad de entretenimiento que hemos ordenado de peor a mejor para tu ídem. Por ejemplo, el tema que nos ocupa y preocupa hoy: los mejores discos (hasta ahora) del siglo XXI. Casi nada.
Aunque muchos señalan el siglo XX como el momento dorado de la música (nosotros mismamente, con las 50 mejores canciones de la historia) esto se debe en gran medida a las ventas de discos. Sin duda, si echamos la vista atrás y comprobamos la enorme cantidad de álbumes que cada semana despachaban grupos como The Rolling Stones o The Beatles, es normal que se echen pestes de la nueva generación de creadores.
En comparación con el apogeo de la venta de copias físicas, el siglo XXI palidece. Pero salvo eso, no hay ningún argumento que sugiera que la música es menos querida ahora que entonces. De hecho ahora es más fácil que nunca acceder a ella, desde nuestros móviles o en los diversos servicios de streaming que ponen a nuestra disposición millones de temas al segundo. Con solo conectar los auriculares en casa, en el autobús o en la tundra ártica, te puedes ver transportado a otro mundo a través de la música. Chupaos esa, años 70.
Así que para homenajear a la presente centuria vamos a afrontar la difícil tarea de resumir sus primeros 21 años en una selección de discos en la que hay pop, rock y rap cortesía de nuevos talentos musicales, pero en la que también se han colado viejas glorias como David Bowie o Bob Dylan.
Seguramente eches en falta a tal o cual artista pero una cosa que garantizan estos 21 álbumes, uno por cada año que llevamos de siglo, es que la música está lejos de estar muerta. Y eh, ¡no olvides pasarte por aquí en 2099 para ver la versión definitiva de esta lista!
The Rising - Bruce Springsteen (2002)
Cuando los atentados del 11-S derribaron las Torres Gemelas, Bruce Springsteen se vio obligado a responder. El resultado fue un extraordinario réquiem de 15 canciones que buscaba el sentido de la inexplicable tragedia al tiempo que rendía homenaje a los fallecidos y a sus seres queridos. Hay enorme belleza en canciones como Into the Fire, pero es el sonido del disco cortesía de la E Street Band lo que lo eleva hasta el cielo.
Ghosteen - Nick Cave & The Bad Seeds (2019)
Nick Cave describió Ghosteen como si tuviera dos actos. Las canciones de la primera mitad eran los niños y las de la segunda, sus padres. Así, el álbum, su decimoséptimo con la banda Bad Seeds, está impregnado de su dolor por la muerte de su hijo adolescente cuatro años antes."El lenguaje se queda corto ante la inmensidad del dolor" asegura el autor de un disco brillante que trata sobre verdades duras y las hace más soportables.
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Love and Theft - Bob Dylan (2001)
Desde el delirio guitarrero de Summer Days hasta el ritmo country de Po' Boy, este disco captura la espontaneidad de la que hace gala Bob Dylan en el escenario, pero que rara vez se captura en un disco. Una joya a la altura de sus mejores trabajos en los 60 y los 70 que mejora con cada escucha y nos recuerda que nos guste o no, nadie más puede hacer lo que él hace.
Up The Bracket - The Libertines (2002)
Producidos por Mick Jones de The Clash, The Libertines crearon con este álbum un clásico moderno que volvió a poner de moda la música de guitarras e hizo que el rock volviera a ser cool, en una época en la que la escena musical británica dejaba mucho que desear. Asilvestrados y caóticos, ellos fueron la primera banda emocionante desde que comenzó el Britpop y antes de que este se devorase a sí mismo. Y sus canciones estaban a la altura de su imagen.
Kid A - Radiohead (2000)
Desde la espeluznante melodía que abre Everything in Its Right Place, estaba claro que Radiohead había dado un gran salto hacia un territorio desconocido. Las influencias electrónicas que se habían filtrado en OK Computer alcanzaron su madurez –de forma más espectacular en la tecno Idioteque–, aunque hay muchas más guitarras en este disco de lo que seguramente recuerdas. Kid A sigue siendo uno de discos más influyentes de todos los tiempos y uno de los mejores ejemplos de cómo NO volverse comerciales.
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Speakerboxxx / The Love Below - OutKast (2003)
Tras su fantástico Stankonia, este álbum supuso una explosión de creatividad tan enorme que no podía ser contenida en un solo álbum: por eso hicieron dos, uno por cada miembro de grupo.
Big Boi y André 3000 colocaron el listón altísimo para cualquier artista de rap o funk que viniera después. Y es que cualquier trabajo que incluya Hey Ya! se eleva automáticamente a la categoría de obra maestra.
Currents - Tame Impala (2015)
Cualquiera de los tres primeros discos de Tame Impala podría haber entrado en esta lista, pero su Currents entra en ella por ser la piedra angular de la banda australiana. Como el primer cavernícola que echó sal a su pedazo de carne de mamut, ha habido al menos una pizca de este disco en todo lo que han seguido haciendo.Perfección pop en su máxima expresión.
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The Marshall Mathers LP - Eminem (2000)
"Dicen que ya no puedo rapear sobre estar arruinado", gritaba Eminem en los primeros compases de su segundo álbum. Por suerte para él, había muchas cosas sobre las que sí podía rapear: la fama y sus miserias, los asesinatos, los incendios provocados, la automutilación, la adicción a las drogas, Britney Spears. Con frases como "sangre, tripas, pistolas, cortes/cuchillos, vidas, esposas, monjas, putas", consolidó su posición como la nueva voz más inventiva del rap.
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SMiLE - Brian Wilson (2004)
El ex Beach Boy Brian Wilson completó SMiLE a partir del álbum inacabado de 1967 de la banda, Smile, recreando canciones que incluyen una versión animada y reducida de Good Vibrations, sin duda uno de los mejores temas jamás compuestos. Wilson ganó su primer Grammy –mejor interpretación instrumental de rock– por la canción del álbum Mrs. O'Leary's Cow. Aunque nunca se completará del todo, como la Sagrada Familia, esta es una curiosa cápsula del tiempo de un momento irrepetible de la cultura popular.
Elephant - White Stripes (2003)
Con este triunfante disco, Jack y Meg White (no, no eran hermanos) no se dejaron seducir por su primer contrato con un gran sello y discográfico y volvieron a lo básico. El resultado es el mejor trabajo de los White Stripes, un reflejo del rechazo en su momento de mayor fama. Una revolución musical en el que cada tema es tan bueno como el siguiente.
Funeral - Arcade Fire (2004)
Como el fúnebre nombre del álbum sugiere, las muertes de varios de los familiares de los miembros de la banda de Montreal fueron la base de su disco de debut. Las canciones están llenas de dolor, pero también del alivio que brindan la música y la familia. Pero eso no quita para que el disco rebose de maravillosos momentos pop de los que uno de los mayores fans de la banda, David Bowie, seguro estuvo orgulloso.
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Scandinavian leather - Turbonegro (2003)
Tras su salvaje y a la vez disparatada iconografía gay y denim, su autobautizado estilo deathpunk y sus nombres tan cómicos como Euroboy, Happy Tom o Pål Pot Pamparius, se escondía una banda con un inmenso talento que nos dejó sobre todo dos álbumes pluscuamperfectos: Apocalypse dudes en el siglo XX y Scandinavian leather en el XXI. Dos joyas con las que enamorarte de estos loquísimos noruegos y con las que homenajear al recientemente fallecido Hank von Helvete.
My Beautiful Dark Twisted Fantasy - Kanye West (2010)
Puede que a estas alturas sus muy públicas idas de olla y su último cambio de nombre a Ye nos hayan hecho perder la perspectiva sobre Kanye West, pero lo cierto es que una vez juntó todo su genio
creativo en esta, su obra maestra. Lleno de estribillos legendarios, letras de psicodrama y un reparto de estrellas desde Bon Iver hasta Nicki Minaj, combinados con samples de King Crimson, este disco lanzó al hip hop en una dirección completamente diferente.
Blackstar - David Bowie (2016)
Publicado en 2016, poco antes de su muerte, Blackstar es el último aliento de uno de los mejores artistas de la historia y solo por eso merecería estar en esta lista. Pero es que además es una soberbia colección de siete intensos temas en los que David Bowie se abre a la muerte, al miedo a ella y a la idea del renacimiento. Sí, hay mejores álbumes del duque blanco, pero ninguno es tan impactante o doloroso para un fan de Bowie.
To Pimp A Butterfly - Kendrick Lamar (2015)
El título provisional del segundo lanzamiento de estudio de Kendrick Lamar para un gran sello era Tu Pimp a Caterpillar en honor al fallecido rapero Tupac Shakur. Tocando temas muy personales como la fama, la depresión y la muerte, este valiente trabajo le valió al californiano cinco premios Grammy, incluyendo el de mejor álbum de rap.
Vespertine - Björk (2001)
Este disco íntimo, místico y sensual podría parecer demasiado simple e ingenuo pero es uno de los que mejor definen a la cantante islandesa gracias a la fuerza de su composición. Unison rivaliza con Unfinished Sympathy de Massive Attack como la gran balada del trip-hop y el efecto que produce su escucha es a la vez atemporal y actual: una exploración electrónica y pop de vanguardia de temas clásicos.
Brothers - The black keys (2010)
Además de tener una portada brutal en su sencillez, Brothers no solo es uno de los mejores álbumes de rock moderno que existen, sino que se encuentra entre los mejores álbumes de rock de la historia. Sin un solo tema de relleno y con bombazos como Tighten up o The go getter, nos recuerda al gran sonido del rock clásico que tanta falta hace en esta era de aburrido pop genérico.
Whatever People Say I Am That’s What I’m Not - Arctic monkeys (2006)
Aunque la imagen de Alex Turner se haya refinado, aquel adolescente del sur de Yorkshire fue un semidiós del rock indie callejero hablando de pistas de baile sucias y de tipos de mala muerte. Pocos álbumes capturan como este la energía de la cultura juvenil y menos aún optan a ser 'mejor LP de debut de todos los tiempos' compitiendo con obras maestras como Appetite for destruction.
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Random Access Memories - Daft Punk (2013)
Es raro escuchar un disco que no suene a nada que hayas escuchado antes y más raro aún es escuchar uno que además te ponga una sonrisa en la cara. El último disco de Daft Punk conseguía ambas cosas. Más allá del megahit Get Lucky con Pharrell, el álbum es una majestuosa conclusión para la carrera de uno de los grupos electrónicos más importantes de todos los tiempos.
Back to Black - Amy Winehouse (2006)
El título suena terriblemente premonitorio ahora que conocemos el abuso de sustancias que la terminaría haciendo entrar en el Club de los 27, pero entonces Amy Winehouse brillaba en el que fue su mejor álbum. La excelente producción de Mark Ronson en un disco que recoge una selección de la música popular del siglo anterior a base de doo-wop y soul, es el complemento perfecto a la inigualable voz de la cantante.
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