• Hemos hablado con una psicóloga y una abogada matrimonialista sobre los estragos que ha causado la crisis del COVID-19 en las parejas españolas.
  • Las dos coinciden: "Se avecinan más casos de divorcio", pero eso no es el fin del mundo, solo una nueva fase.
  • Estar 24/7 con la misma persona hace que afloren problemas que, o no existían, o estaban latentes pero ocultos o enmascarados en el día a día.

Cuando nos confinaron, yo no las tenía todas conmigo. Compartir las 24 horas del día con tu pareja no es lo mismo que verlo unas horas al día, salir a cenar fuera, ir al cine, ver a los amigos, tomar cañas en el bar de abajo o salir a correr juntos por el paseo marítimo. Era consciente de que nuestra relación podría no aguantar esa mutua presencia sin cuartel, pues aunque nos llevamos muy bien, ambos somos independientes, celosos de nuestra intimidad, muy nuestros. Así, para los lectores, pero también para mí, escribí una guía de la buena convivencia parejil entre cuatro paredes. Mis temores resultaron –al menos hasta ahora– infundados, tal vez porque nuestra relación se ha construido sobre el respeto mutuo y los intereses comunes, o porque, lo que es más importante, se alimenta cada día con un sentido del humor tan corrosivo como espontáneo. Bueno, y luego está el amor, claro, pero eso se da por descontado, ¿no? O tal vez tampoco hay tanta magia, solo que no tenemos hijos convivientes –y en mi caso de ningún otro tipo–, algo que puede convertir el más coqueto nidito de amor en un desolado campo de batalla en el que no crece más que la inquina y la mala baba.

Pero ¿ha habido de verdad conflictos, o solo lo imaginamos? Quiero pensar que mi artículo tal vez evitó alguna catástrofe, pero tampoco las tengo todas conmigo. Por eso hablo con dos expertas, Rebeca Lajos, psicóterapeuta de pareja, alguien que te ayuda en los momentos de incertidumbre, y Paloma Cortés Garza, abogada matrimonialista, alguien a quien acudir para salir lo mejor parado cuando el barco ya se ha hundido. Ambas han estudiado la conducta humana de cerca y aunque su ética profesional les impida hablar con libertad de casos concretos, sí que pueden, a grandes rasgos, darnos darnos opinión sobre los españoles y la pareja, sobre cómo nos ha afectado el confinamiento y qué nos vamos a encontrar en la nueva normalidad. Las dos coinciden en algo, creen que tras la dura cuarentena, los divorcios y separaciones van a aumentar. Pero eso no es un drama, sino solo un cambio más de los muchos que nos esperan. Si algo va mal, es mejor enfrentarse a ello y poner tierra de por medio que tragarse la bilis y alimentar el rencor.

rebeca lajos psicóloga y sexóloga
Paco Sanz
Rebeca Lajos en su consulta en Aidé Psicología.

"¡Ya no aguanto más!" Es hora de pedir ayuda

Rebeca Lajos, psicóloga, sexóloga y terapeuta de pareja

Hablo con Rebeca Lajos fundadora junto a Carmen Miera, Begoña Ramos y Virginia Guzmán de uno de los mejores gabinetes de psicología de Sevilla, Aidé Psicología. Es psicóloga, sexóloga y terapeuta de pareja, ha visto de todo y aun así sabe dejarse sorprender.

¿Ha sido esta crisis una prueba de fuego para la pareja?

Sin duda. Esta situación ha sido desconcertante para muchas parejas por la readaptación que ha implicado, tanto al contexto de la propia pareja, como de la familia en general. Son muchos factores: el confinamiento, el aislamiento social, el teletrabajo, los hijos en casa 24 horas, la incertidumbre… cada uno de estos elementos es un potencial estresor en sí mismo. Si los sumamos, la combinación puede ser una bomba. Todo dependerá de cómo lo gestione cada individuo de la pareja.

¿Habéis recibido más llamadas de lo que os esperabais durante el confinamiento?

Si bien ha habido algún contacto en plan SOS, no ha sido en nuestro caso la tónica dominante. Quizás porque hemos seguido en contacto con muchos de nuestros pacientes vía telefónica u online y no ha sido necesaria una intervención de urgencia. Nada más empezar el confinamiento lanzamos una breve guía para afrontar el confinamiento en pareja y luego añadimos otros artículos sobre cómo afrontar este período, que compartimos con nuestros pacientes y que quizás han servido para minimizar “el golpe” de la cuarentena. Además, por nuestra forma de trabajar en la consulta, tratamos de dar herramientas a nuestros pacientes para que sean capaces de afrontar estas situaciones de la forma más autónoma posible, y creo que esto también ha sido clave para “amortiguar” el impacto de este período.

¿Qué os esperabais?

Lo cierto es que, como terapeutas, para nosotras esta también ha sido una situación novedosa. Las características peculiares de esta pandemia nos hacían no saber exactamente qué esperar: ¿más crisis y más personas buscando ayuda, o más incertidumbre y más miedo a no poder costear los tratamientos? Es pronto para decir qué pasará en el futuro… Porque es una situación nueva, para la que no existen esquemas previos, y eso de por sí, puede ser estresante. Pero como decía, va a depender mucho de cómo sea la gestión emocional de cada miembro de la pareja. Por decirlo de otro modo, cuanto más estables e inteligentes emocionalmente seamos, mejor afrontaremos el reto de esta crisis, tanto en el ámbito de la pareja, como en cualquier otro.

¿Creéis que vais a tener más trabajo después, en la nueva normalidad?

Es muy posible. Como sociedad nos falta mucha educación emocional y eso nos lleva a no saber gestionar bien los cambios y que nos saquen de nuestra zona de confort. Obviamente no podemos cambiar las circunstancias externas que ahora nos acompañan, pero siempre vamos a poder elegir cómo afrontarlas. Podemos elegir vivir este momento como una debacle, o como una oportunidad de desarrollo: hasta de los más “oscuros dramas”, podemos sacar cosas buenas (que se lo digan a Viktor Frankl o a Albert Espinosa). Probablemente habrá más separaciones, no porque el confinamiento en sí las genere, sino porque ha puesto sobre la mesa “las tripas” de las relaciones y no todas estaban en buenas condiciones.

un hombre una mujer se gritan dentro de una casa diminuta
Henrik Sorensen//Getty Images

¿Cuál es el error más grave que cometen las parejas en situaciones de confinamiento?

Quizás sea ser individuos egocéntricos y por lo tanto generarse unas expectativas firmes de que las cosas tienen que ser como uno quiere. Esa falta de flexibilidad es la que puede ser más problemática tanto a nivel de pareja, como familiar. Por ejemplo, si alguien espera que en el confinamiento su pareja se muestre más cariñosa, cercana y atenta y se encargue de más tareas domésticas y del cuidado de los hijos (porque tiene más tiempo), pero eso no es algo que la pareja suela hacer, no lo hará, y eso provocará frustración y enfado, que si además no se manifiestan de forma asertiva, irán en aumento.

¿Puede ser que el confinamiento haya servido justo para lo contrario, para unir más a una pareja?

También es posible, claro. Como decíamos antes, esta situación ha podido cambiar la forma que teníamos de relacionarnos, pero ello no tiene por qué ser necesariamente negativo. Pasar más tiempo juntos puede servir para ganar intimidad y conocimiento mutuo y que eso afiance el vínculo en la pareja.

¿Qué le recomendarías a alguien que era feliz con su pareja antes, y ahora se quiere divorciar?

Que no tome decisiones precipitadas y que analice qué le ha llevado a este punto. Es un momento idóneo para hacer autocrítica y para conocernos mejor individualmente y como pareja. Puede ser una buena ocasión para solicitar la ayuda de un terapeuta de pareja que acompañe en este proceso de descubrimiento y que en caso de inevitable separación, ésta se dé en el mejor de los escenarios. Quizás esta crisis ha sacado a flote aspectos que estaban soterrados bajo “capas de cotidianidad”, pero que en lugar de poner el foco en lo que no me gusta del otro/a, ponerlo en qué puedo mejorar de mí. Al fin y al cabo, eso es lo único que podemos cambiar.


paloma cortés garza en su despacho de marín de la bárcena abogados
Marín de la Bárcena
Paloma Cortés Garza en su despacho de Marín de la Bárcena Abogados.


Salir lo mejor parado cuando se el barco se ha hundido

Paloma Cortés Garza, abogada matrimonialista

Paloma Cortés Garza es abogada asociada en el despacho de Marín de la Bárcena de Madrid, experta en divorcios que sabe del tema más que nadie que yo conozca. Una de sus cualidades es la serenidad, otra la discreción y otra, que explica las cosas con una claridad meridiana.

¿Notas muy revueltos a los clientes?

Mis clientes ya están separados o en proceso de divorcio. Durante la primera etapa del confinamiento se produjo una avalancha de llamadas de parejas ya divorciadas, fundamentalmente relativas a la organización con los hijos comunes, pero el avance del tiempo sí que ha traído ya un incremento de consultas breves y básicas sobre el proceso y demás aspectos de un divorcio. Al no haber finalizado la situación de confinamiento, no tienen la suficiente libertad como para plantear el problema a un despacho de abogados sin generar más crispación en el domicilio. En este momento, estamos percibiendo tensión y contención, pero estamos convencidos de que esta situación se traducirá en un importantísimo aumento de procedimientos de divorcio. Es decir, nos estamos preparando para lo que viene.

¿Te lo esperabas?

Sí. Los repuntes en época de vacaciones (verano y navidad) son una realidad en nuestra sociedad. Cuando en una pareja hay problemas estos afloran con más facilidad al pasar más tiempo juntos y si no los hay, una situación de confinamiento tan extremo es una auténtica prueba de fuego. En China, tras el confinamiento ha habido un colapso judicial por casos de divorcio. No puedo asegurar que aquí vaya a suceder lo mismo pero no me sorprendería.

¿Por qué una prueba de fuego?

El hecho de pasar todo el tiempo con una misma persona puede generar un desgaste emocional y es una oportunidad para que afloren problemas que, o no existían o estaban latentes pero ocultos o enmascarados en el día a día.

En China, tras el confinamiento ha habido un colapso judicial por casos de divorcio

Por otra parte, hay factores económicos y laborales que están afectando a una parte muy importante de la población, y esa tensión, difícil de evitar, no ayuda en la relación de pareja. Las parejas que, aún confinadas, mantienen su actividad laboral teletrabajando, notarán menos el impacto del tiempo desocupado junto a su pareja. Para parejas con contratos laborales suspendidos, problemas preexistentes y con hijos, el confinamiento está siendo una difícil prueba de superación.

¿Has hablado con otros abogados matrimonialistas? ¿Creéis que van a aumentar los divorcios?

Sí, claro, es algo muy comentado en nuestro ámbito, todos coincidimos en nuestra visión. La experiencia no permite llegar a otra conclusión.

Os veo desbordados de trabajo…

Durante el estado de alarma ha habido una paralización de la actividad judicial no urgente, por lo que los abogados no hemos podido presentar demandas, este hecho unido a las rupturas que se han ido gestando nos lleva a pensar en un mayor volumen de trabajo. Además, esta experiencia hará reflexionar a muchas personas que pueden tomar la decisión de afrontar el futuro con una visión distinta, y eso pone en peligro la estabilidad de la pareja, así que no solo los conflictos de pareja, sino una nueva visión de futuro o filosofía de vida, generará sin duda más trabajo para los especialistas en esta materia.

¿Qué le recomendarías a alguien que se quiere divorciar?

Depende de la casuística, pero mi primera recomendación siempre es la reflexión. Mi experiencia profesional me ha descubierto que a pesar de que un divorcio es un proceso emocionalmente crítico para las personas, en la mayor parte de los casos termina siendo liberador y permite al individuo reinventar su propia vida, pero tiene que ser una decisión que parta de una reflexión profunda, de un ejercicio de introspección y de responsabilidad.

La segunda recomendación es hablar con los profesionales del sector, pues no solo hacemos una labor puramente jurídica sino que también entendemos de una forma distinta la situación y tenemos una perspectiva objetiva basada en la experiencia de muchas parejas que se han dejado asesorar por nosotros, y siempre con el acuerdo entre las partes como objetivo primordial.

figuritas sobre un pastel de boda cortado en dos
Jeffrey Hamilton//Getty Images

¿Cuál es el error más grave que cometen los que buscan un divorcio?

Cuando un cliente viene al despacho, en un primer momento suele estar incurso en una etapa de negación o caos emocional. Por eso es muy importante tratar la situación con máxima delicadeza y ayudarle a reflexionar. Es un error querer acudir directamente a la vía contenciosa cuando existe la vía del mutuo acuerdo que a la larga, en la mayor parte de los casos, será más beneficiosa para ambos. En definitiva, el error más grave es afrontar la situación bajo el rencor o la venganza, dejando de lado la objetividad y, por supuesto, no dejarse aconsejar.

¿Puede ser que el confinamiento haya servido justo para lo contrario, para unir más a una pareja?

Creo que si una pareja tiene una base sólida y verdaderamente no existen ‘”problemas en estado de hibernación”, el confinamiento y cualquier otra situación que se ponga por delante servirá como refuerzo. Seguro que muchos lectores se verán reflejados, pues ha sido un período que ha permitido volver a conocer a la persona con la que convives.

Qué le recomendarías a quien ha decidido el divorcio en esta crisis.

Me gustaría lanzar un mensaje de serenidad. Considero que este confinamiento es una situación extrema en la que si bien hay cuestiones de carácter emocional que pueden herir de muerte a la pareja, también creo que una decisión de esta índole hay que valorarla bajo el prisma de la vuelta a la normalidad. No hay por qué pensar que uno tiene que poder estar 24 horas al día durante meses con una persona para que sea un buen compañero/a de vida. Habría que poner en contexto los conflictos que se hayan podido detectar, y entender también la situación de estrés a la que todos nos hemos visto sometidos. Sin embargo, si la decisión viene de una reflexión profunda y pausada, y debidamente asesorados, no es en absoluto necesario mantener de forma forzada una relación que no genera felicidad, pues conviene siempre recordar que la vida es corta y la búsqueda de la felicidad debe continuar hasta el último momento.

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