La historia de The Smiths está tan sembrada de hitos peculiares que quizás a nadie le sorprendió que la reedición mastodóntica y definitiva (remasterizada, con rarezas, caras B, un directo inédito y un DVD con el documental de Derek Jarman) de The Queen is Dead se publicara 31 años después de su alumbramiento. Para qué ajustarse a las convenciones. Como no podía ser menos, un siempre lenguaraz Morrissey se quejó amargamente del poco interés de las discográficas poseedoras de los derechos del disco por haber celebrado comme il faut el 30 aniversario del que es considerado de manera prácticamente unánime como uno de los discos más celebrados e influyentes que ha dado la música británica.

Sin ir más lejos, en 2013, una de las biblias del periodismo musical de las islas británicas, la veterana NME, no dudó situar a la obra magna de Morrissey, Johnny Marr y compañía como Mejor Álbum de la Historia (a tope, en mayúsculas) por delante de otros 499 discos.

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Crédito: Amazon

The Queen is Dead se convirtió en un clásico casi desde su lanzamiento. Canciones como There Is A Light That Never Goes Out, Big Mouth Strikes Again o The Boy With The Thorn On His Side, suponen auténticas cimas de la malograda colaboración entre los dos auténticos motores creativos de The Smiths, Morrissey y Johnny Marr. Así lo han entendido miles de fans de todo el mundo a lo largo de estas tres décadas. También decenas de grupos y artistas que han reflejado su admiración por este disco tanto a través de versiones como imbuyendo elementos del sonido de The Smiths en su sonido.

La relación del público y grupos españoles con The Smiths y compañía es tan apasionante, visceral y compleja que haría falta un libro (o varios) para hacerle justicia. En Esquire hemos querido contar con opiniones, testimonios, recuerdos y experiencias alrededor de este disco por parte de algunos de los artistas más lúcidos e interesantes de nuestro país [Nota: la idea e intención era ofrecer un catálogo de opiniones paritario. Invitamos a un cierto número de artistas femeninas y, o bien declinaron por no ser especialmente fans del disco o directamente nunca respondieron]. El resultado lo podéis leer a continuación:

Soledad Vélez

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Pau Mon
Soledad Vélez

"Recuerdo The Queen is Dead de escucharlo una y otra vez en largos viajes en camioneta por el sur de Chile, incluso los arreglos en el teclado me resultan muy andinos. Realmente es un disco que ha formado parte en algún momento de nuestra historia. Aún así, nunca he podido evitar sentir nostalgia, aún cuando lo escuché por primera vez, siempre me hizo desear revivir los momentos más lindos de mi vida".

Jorge Pérez - Tortel

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Vicente Abraham Gil Ginestar

"Este es sin duda el disco que más he escuchado en mi vida. Sobre todo lo oí sin cesar en esa etapa desquiciada y, a veces, bastante solitaria, que fue mi adolescencia. Canciones como Cementry Gates, I Know It's Over o The Boy With The Thorn In Is Side eran la compañía y refugio perfectos. Cantaba las canciones de principio a fin sin tener ni idea de inglés. Cuando por fin supe qué decían esas letras ni siquiera me sorprendió descubrir que decían exactamente lo que yo pensaba".

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Luismi Pérez - Tigres Leones

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Laura Matías
Tigres Leones

"Mi problema con The Smiths es The Queen is Dead, un disco con el que me obsesioné tanto que casi me bloqueó el resto de su discografía. Al margen de lo que significan las composiciones y las guitarras de Johnny Marr (y qué guitarras), es imposible no darle gran parte del mérito de esta obra maestra a quien hay que dársela. Morrissey entra en tu mente adolescente para sacar esos sentimientos escondidos que creías que nadie podría expresar con palabras. Todo ello en 37 minutos de pura épica. Y digo la verdadera épica, esa en la que cabalgas no hacia una batalla sino hacia una derrota totalmente asegurada".

Gerard Alegre - El Último Vecino

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Yarik Umanets
El Último Vecino

"Me hace mucha ilusión que se me pidan unas palabras sobre The Queen is Dead, pero no voy a decir una sola sobre música. Voy a contar mi más personal anécdota sobre esta canción y álbum de The Smiths, es únicamente estética y aún así muy personal e importante para mí. Antes de ver el videoclip de The Queen is Dead, yo llevaba un peinado bastante normal. Vi el vídeo por primera vez a los 24 años. En toda la intro del vídeo sale un niño con el pelo rapado de media cabeza para abajo. Me pareció algo que llevaba dentro pero que aún no sabía; una mezcla entre chimenero de Mary Poppins, niño de los 40, poeta de los 20 y la doble capa de los 90. Después de ver el vídeo por octava vez seguida, bajé a un chino a por una máquina de cortar el pelo y un espejito redondo pequeño. Me lo hice yo en el baño de mis padres. Desde ese día me lo hago cada dos semanas más o menos".

Ricardo Lezón - McEnroe

McEnroe Ricardo Lezónpinterest
Estíbaliz Hernández de Miguel
Ricardo Lezón, de McEnroe

"Hubo una época en que estaba demasiado fascinado con The Cure como para prestar atención a los Smiths, además eran rivales en cierta forma boba, en mi grupo los fans de los Smiths nos miraban por encima del hombro a los que vestíamos de negro y nos hacíamos los raros. Así que escuchaba hablar de sus discos pero no los escuchaba, esa era mi ridícula venganza. Hasta que un día me monté en un tren para hacer el trayecto Bilbao-Almería, una especie de Transiberiano Ibérico. Cientos de horas para escuchar música mirando por la ventanilla, el sueño de un fan de The Cure. El caso es que olvidé mis cassetes, el alarido cruzó montañas, y el amigo que me acompañaba me prestó entre muecas de satisfacción el primer disco de Morrisey, Marr, Joyce y Rourke. Ya nunca he dejado de escucharles. Sigue siendo mi disco favorito, Reel Around the Fountain la canción que más me llega, de hecho La Cara Noroeste de McEnroe nace de esa canción.

The Queen is Dead es el disco más inmediato, el más pop, quizás el más completo, el más brillante, por menos oscuro, un disco arrollador. There Is A Light That Never Goes Out y Some Girls Are Bigger Than Others es el pop en sí mismo, aunque mi favorita es I Know It's Over. The Smiths fue el primer puñetazo, o caricia, y The Queen is Dead fue el que me mandó a la lona, o al cielo".

Jorge Martí - La Habitación Roja

La Habitación Rojapinterest
Mushroom Pillow
La Habitación Roja

"The Smiths fue el primer grupo extranjero que me cautivó en mi adolescencia.
Recuerdo la primera vez que escuché una canción suya en el hilo musical de una tienda en la calle Don Juan de Austria en Valencia. Dado que en aquella época no existía el Shazam, volví a casa apresurado con la intención de describirle a mi hermano lo que acababa de escuchar. Me dijo: 'Por lo que me describes son The Smiths y el cantante es un tipo muy, pero que muy especial'. En efecto, eran The Smiths. Quedé totalmente fascinado y a partir de ahí se convirtieron en uno de mis grupos favoritos. Su sonido, su imagen, sus portadas, sus textos. Cuando vi en TVE el concierto que hicieron en Madrid (el cual fue emitido por La Edad de Oro) me impresionaron las letras (subtitularon la emisión), la puesta en escena de Morrissey y la adoración que profesaban los fans por la banda.

Apenas un mes antes de la salida de The Queen is Dead, recuerdo haber comprado el single de adelanto del disco a medias con mi hermano mayor: Bigmouth Strikes Again, de importación, pagado con 14 monedas de 100 pesetas salidas de nuestras huchas de ahorro. The Queen is Dead es uno de mis discos favoritos de todos los tiempos y un álbum al que siempre vuelvo cuando siento que mis ideas y mi música no fluyen. Creo que le escuché decir lo mismo a Ryan Adams y no puedo estar más de de acuerdo: cuando te sientes estancado, vuelves a esta obra maestra y, de forma casi mágica, las puertas de la creatividad se vuelven a abrir.

Como un bálsamo, la angustia existencial post-adolescente, el deseo y la sed vital por sentirse amado y querido se apaciguaban con cada escucha y uno se sentía por unos instantes único, comprendido y correspondido. Mientras sonaban sus excelsas canciones asentías sabedor de que habían llegado para quedarse para siempre y que se convertirían en parte fundamental de la banda sonora de tu vida. En una canción de LHR escribí: 'Yo volvería a robar discos que hicieron creer. Creer que querer es poder, creer que se puede creer'. Me refería a The Queen is Dead, por supuesto.

Apenas unos meses después de su publicación me hice con él y aún hoy puedo recordar aquellos días: una tarde otoñal de viernes del año 1986, pelarte las últimas clases de la jornada y escapar sin permiso de tus padres a la ciudad en el antiguo tren con asientos de madera que unía L’Eliana con Valencia. Intentar pasar desapercibido en el vagón para que ningún conocido pudiera delatarte, bajar del tren en la estación del Pont de Fusta y excitado e impaciente, en los albores de tu juventud, cruzar la ciudad inseguro y a la vez emocionado ¡Tan inexperto e inocente!

Tener entre las manos en la sección de discos de El Corte Inglés (con 14 años y siendo de pueblo, dónde si no) esa joya sonora de los 80 con Alain Delon en la portada. Mirarla, tocarla, abrazarla, desearla y querer que sea tuya. Frustrado por la falta de dinero, el pulso acelerado. La tentación de llevarte a casa el preciado tesoro y hacerlo tuyo acaba decantando la balanza del lado del delito. Shoplifters of the world, unite and take over…".