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En el verano de 2021 una canción titulada A un paso de la luna lo petaba en las listas de éxitos. Sus intérpretes eran el rapero italiano Rocco Hunt y la malagueña Ana Mena (Estepona, 1997), que iniciaba la canción con un “Desde Málaga pal’ mundo”, que desde entonces se ha convertido en su grito de guerra. Así que... ¿cómo íbamos a hacer un especial con Málaga como Capital Esquire 2024 sin contar con ella? Más si tenemos en cuenta que durante el último año se ha convertido en una de las artistas pop más importantes de nuestro país.
Las canciones de su último disco, Bellodrama, suman miles de millones de reproducciones y su gira es uno de los shows del año. Tanto es así que ha anunciado su cierre con una última entrega, El Gran Bellodrama, el 22 de diciembre en el WiZink Center de Madrid. Mientras, ha empezado a mostrar indicios de lo que será su próximo disco, con el estreno de La Razón, junto a Gale, en la que no queda rastro de la estética de Bellodrama y aparece una Ana más madura, con un look más cañero, y que sin duda será una de las canciones del verano, que está a punto de asomar.
Después de verla encima del escenario de Los40 Music Awards (donde recibió el premio a mejor artista) llenándolo todo con su Madrid City, sorprende lo menuda que es en persona, aunque su belleza natural y su seguridad hablan solas. En pocos minutos ha zanjado qué estilismo le encaja y ha indicado al fotógrafo la luz y el ángulo que le favorecen más, así que en tiempo récord tenemos las imágenes que acompañan este reportaje y charlamos con ella.
Vienes de pasar una temporada en Los Ángeles. ¿Qué has hecho por allí?
He estado currando, haciendo muchos temas nuevos. He ido a trabajar con Mau y Andrés [Mauricio Rengifo y Andrés Torres que también están detrás de canciones como el Akureyri de Aitana y Yatra], con quienes he trabajado antes y me encuentro muy a gusto. Así que voy una o dos veces al año a verlos si no pueden venir aquí. Con ellos siempre fluye y en un par de horas tenemos un tema hecho. Si quiero buscar un hit voy con ellos siempre. También bebo mucho de Italia, donde voy a componer cada quince días. Allí tengo prácticamente mi equipo de base de composición, con los que también fluye siempre. Y aquí en Madrid trabajo con Bruno, que es como mi hermano, con quien empecé a sacar música hace ocho o nueve años. Este es mi triángulo para crear y hacer canciones.
Con tu segundo disco te has puesto el listón muy alto para el siguiente…
Pues sí. Es que Bellodrama es un disco lleno de buenas canciones. Lo que más me gusta a mí de las canciones es contar historias, y creo que este es un disco que las cuenta. La gente se identifica mucho más con los temas si desde el principio ya tienen una imagen en su cabeza. Ese es el secreto de Bellodrama y yo me he sentido muy libre haciendo lo que quería, el subgénero que yo quería. Es pop, pero bebe mucho de los años 70, de la música italiana… Y también te encuentras una bachata o un tema más a lo Katy Perry. Es un disco que respira melancolía todo el tiempo. Creo que es un sentimiento al que todos nos aferramos mucho cuando nos pasan cosas, es muy auténtico y muy puro. Y todo esto con una estética muy femenina y un poco retro. Es el disco que quería hacer y ahora estamos haciendo otro, que espero que también guste mucho.
Sorprende que alguien de tu generación se inspire en la música italiana, que tuvo un gran éxito en España hace tiempo pero que ya parecía olvidada. ¿A qué se debe?
No sé por qué se enfrió un poco. Hay muchos artistas italianos que han sacado su música en castellano como Laura Pausini, Eros Ramazzotti, Nek…Y yo he sido muy fan desde pequeña de la cultura musical italiana, por mi padre. Mi madre me transmitió el flamenquito y la copla y mi padre me abrió camino y oído a otros estilos, entre los que está la música italiana. Tiene melodías muy ricas y una forma de contar las cosas muy diferente y original. Y hace como cinco o seis años, cuando fui por primera vez allí, encontré mi personalidad. Me di cuenta de que, precisamente por su originalidad, podía funcionar. Incluso mi manera de cantar la encontré yendo y viniendo de Italia a España todo el tiempo. Así que Bellodrama debía tener esta influencia, como yo. Además, allí me acogieron superbién desde el principio y tengo muchos amigos.
Este año hiciste tu primer WiZink y ahora repites, el 22 de diciembre, con un más difícil todavía: El Gran Bellodrama. ¿En qué consistirá?
Será más XXL todavía. Dudé si llamarlo El último Bellodrama, porque al fin y al cabo va a ser el fin de esa gira y de un ciclo, el que iniciará un nuevo disco muy chulo que estamos haciendo. Aunque Bellodrama nunca va a dejar de estar presente. Va a haber muchas sorpresas, vamos a hacer un show más potente aún y vamos a vivir una noche de llorera, nostalgia, melancolía y risas con el público. Reviviremos este imaginario que es Bellodrama y que el público ha entendido tan bien desde el primer momento. Y eso es algo que me ha cautivado y me ha conquistado. Como lo han hecho suyo, como vienen a cada concierto caracterizados de la imagen del disco y tienen superinteriorizado ese mundo. Tanto, que ahora Bellodrama es un estado de animo. Puedes “estar bellodrama” o decir: “¡Vaya bellodrama!”.
Tanta personalidad condiciona el siguiente. ¿Qué diferencia a tu nuevo disco?
Creo que es más adulto, menos teen y un poco más sexi. Creo que es más modo noche y no me refiero a modo fiesta. Este es un disco más experimentado, más escarmentado, diría yo.
Después de este año de éxito y reconocimentos, ¿tu carrera está en el punto que siempre habías soñado?
Estoy superagradecida y muy contenta. Hemos trabajado muchísimo y tengo la gran suerte de dedicarme a lo que más me gusta del mundo y poder vivir de ello. Pero aún me queda mucho por conseguir, muchas cosas que vivir. O, al menos, eso espero.
¿En qué consiste la felicidad para ti?
Uf, son cosas tan simples, creo. Para mí ser feliz es vivir tranquila y tener gente con la que compartir las cosas buenas que me pasan. Muchas veces nos pensamos que es tener un cochazo, una mansión y un montón de ceros en el banco. Pero al final la felicidad real es una conversación con tu padre, por ejemplo. Cosas que no apreciamos tanto de primeras, pero que tienen un peso mayor.
¿Qué es lo que más echas de menos de tu tierra cuando estás fuera?
Yo siempre me he sentido muy arraigada a mi tierra, porque desde pequeña he viajado mucho. Entonces me pasaba quince días fuera rodando una serie de televisión o una película. Así que aprendí desde muy pequeña el valor de ser de donde soy. Porque aprecias las cosas cuando te vas, normalmente, y como yo me iba temporadas, al volver pensaba que era del mejor sitio del mundo.
Mientras otros nos íbamos de campamento, tú te ibas a hacer películas…
Sí, pero lo hacía porque yo quería. Fue siempre una vocación y evidentemente se sacrifican cosas, pero no me arrepiento para nada, aprendí muchísimo y me hizo vivir otras experiencias.
¿Aquello te ha dado herramientas para afrontar este éxito ahora?
Yo siempre digo que sin esa experiencia no estaría aquí. Me ha curtido muchísimo y te hace enfrentar las cosas con otra madurez. Evita que de repente se te suban las cosas a la cabeza. Siento que ha costado tanto todo y ha sido tan poquito a poco, que a todo lo bueno que pasa le doy un valor muy especial y eso es muy sano también.
Para terminar, dime. ¿Te queda algún sueño por cumplir que nos puedas decir en voz alta?
Profesionalmente me gustaría volver al cine y hacer una gira por todo el mundo. Este año vamos a visitar gran parte de Sudamérica haciendo conciertos, y eso me emociona mucho, ese es un sueño hecho realidad, el hacer una gira por muchos países. Y en lo personal, me veo retirándome en Estepona, en el campo, con tres hijos y mis perros. Yo quiero ser madre de muchos niños, pero todavía no, que es muy pronto.
Asistente de fotografía: David Martínez/ Maquillaje: Alba Capllonch/ Peluquería: Moi Rodríguez/ Edición de fotografía y producción: Carolina Álvarez.
* Este artículo aparece publicado en el número de mayo de 2024 de la revista Esquire, a la venta desde el 23 de abril.
