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11 escapadas para amantes del vino dentro y fuera de España

Típicas y no tan típicas. Te van a sorprender estas escapadas a bodegas y viñedos en su época de vendimia o, en realidad, cuando te dé la gana. Si solo bebes cerveza, pasa al siguiente tema

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preview for 10 citas sobre vino para los que no beben vino

Otoño es una estación excelente para entregarse al vino. En realidad, qué demonios, cualquiera lo es. Entregarse en un sentido físico y literal, no solo descorchando una buena botella en casa, en compañía o soledad. Septiembre es el mes de la vendimia en nuestras latitudes, pero es que la llegada del otoño trae esos tonos terrosos que quedan de maravilla en el campo, el invierno viene con ese frío para un plan divino de mantita y chimenea, la primavera cuaja los campos de verde y el verano es un momento diez para planear unas vacaciones enfocadas en explorar algunas de las mejores denominaciones de origen. ¿Lo ves? Cualquier mes es bueno para escaparse a hacer una ruta por destacadas bodegas, estén entre las más clásicas y reconocidas o, por contra, queden entre las más recónditas, exclusivas o para 'connaiseurs'. Seas novato o seas un profesional, nadie dice que no a un viajecito de naturaleza, bienestar y buena gastronomía.

De todo hay en esta selección que te traemos. También patrimonio cultural porque varias de ellas se levantan dentro o en las inmediaciones de históricos edificios que llevan siglos siendo testimonios del cultivo de la uva. Otras son construcciones modernas que se han convertido en verdaderos iconos arquitectónicos contemporáneos y, solo por eso, ya merecen que te acerques a conocerlas. Hay bodegas españolas de entre las más valoradas, claro que las hay, porque para eso somos el tercer productor mundial por detrás de Francia e Italia. Proponemos un viajecito también a estos dos monstruos internacionales que nos adelantan en el ranking y, también, a otros que no te esperabas, como la bellísima Croacia que sorprende por sus caldos, o a la isla de Mallorca. Traemos vinos peninsulares, traemos vinos insulares, traemos hoteles de grandísimo lujo próximos a lugares donde se practica un enoturismo muy especial... Referencias no van a faltarte en este reportaje tan atemporal como los nombres propios que lo nutren. Te encuentres en la estación que te encuentres, el corazón del vino te espera en algunos de los destinos más mágicos del planeta para abrir cualquiera de tus botellas favoritas. ¡Salud!

Mallorca, España

foto aerea de la residencia, a belmond hotel, en mallorca
La Residencia, A Belmond Hotel, Mallorca

La isla de Mallorca no solo es reconocida por su buen clima y paisaje espectacular, sino que también se caracteriza por su gran tradición vinatera. En el último medio siglo los vinos mallorquines han experimentado un gran crecimiento, tanto en su calidad como en el interés que todo el mundo demuestra por su producción. Existen allí más de 70 bodegas pero el plan que proponemos es, sin duda, uno de los más especiales de todos. La Residencia, A Belmond Hotel, única propiedad de Belmond en España, es la parada a partir de la que organizarlo. Este maravilloso hotel de bucólico y gran lujo discreto, integrado en el bellísimo pueblo de Deiá, en plena Tramontana, tiene, como esta localidad, el arte en su ADN. Lo demuestra su colección de arte propia, gestionada y en parte cedida por la artista británica Cecilie Sheridan. También con las residencias, valga la redundancia, que ofrecen a creadores internacionales, generando un clima inspirador que se contagia en cada rincón. El arte, también gastronómico, lo inunda todo, desde su romántico restaurante El Olivo, que ultima un menú degustación a la luz de las velas para la próxima temporada, hasta todos sus colaboradores, desde la Fundación Miró, de la que muestran una treintena de obras, a las bodegas Son Sureda Ric. “In Harmony with wine” es la actividad que hacen con estos viñedos familiares a partir de los que, desde el siglo XV, vienen elaborando su limitado vino de la forma más artesanal. Un tour por las instalaciones, una cata y un delicioso almuerzo en su patio empedrado componen una excelente jornada tras la que volver a sumergirse en las piscinas, el spa o la calma generalizada de La Residencia, uno de los mejores retiros de España.

Valle de Konavle, Croacia

imagen de la bodega
Hotel Bellevue Dubrovnik

Lo llaman la Toscana de Croacia y ¿sabes qué? Está tan solo a 5 kilómetros del aeropuerto de Dubrovnik, adonde encuentras fácilmente vuelo directo con Iberia. En Croacia, hoy día y muchos años después de la caída del comunismo, que lo prohibía, puedes explorar un millar de bodegas y empresas elaboradoras de vino. En la costa dálmata y en estas inmediaciones de Dubrovnik el cultivo se remonta a la época grecorromana y brilla en los tintos de uva plavac y en los blancos a base de su particular riesling, la graševina, entre otras muchas variedades. Degustar estos caldos tras una caminata, unas pedaladas o un maravilloso paseo a caballo por el campo es posible y muy sencillo si dejas la organización en manos del hotel Bellevue Dubrovnik. Este concepto boutique a un paso del casco histórico de la bellísima ciudad medieval pero apartado de su ajetreo vuelve a alzarse, desde 2019, sobre los acantilados que van a morir a la preciosa calita con la que cuenta debajo. No llega al centenar de confortables habitaciones y suites con unas vistas portentosas y su restaurante gastronómico Vapor (en la imagen, recomendado por la guía Michelin) es el escenario perfecto para brindar y probar una cocina autóctona con destellos modernos muy sabrosa en una degustación para el recuerdo. Los tratamientos de su spa son, asimismo, inolvidables en manos de expertas terapeutas para paliar los efectos del vino al día siguiente. Para esto mismo, por cierto, su hotel hermano, el reabierto hotel Supetar, también parte de Adriatic Luxury Hotels, tiene una de las piscinas más bonitas de Europa para darte un chapuzón en la cercana localidad de Cavtat.

Alentejo, Portugal

imagen de la bodega
D.R

Fantásticas franjas de costa, interminables llanuras y auténtica gastronomía. Esta región entre el Tajo y el Algarve portugués tiene tanto que ofrecer… Su escasez de población hace que las playas salvajes de Comporta y la península de Troia sean una parada imprescindible y un destino muy chic en los últimos años. Para imprescindible, no obstante, descubrir los vinos de la zona, ya en el interior, entre viñedos perdidos en parques naturales. Sus blancos y tintos están entre los más destacados de Portugal y, para explorarlos, no hay destino como el Relais & Châteaux Herdade da Malhadinha Nova. 450 hectáreas acogen esta finca familiar que se integra perfectamente en el entorno y que es uno de los secretos mejor guardados de nuestros vecinos. En el interior de sus diferentes edificaciones y casitas, todas antiguas construcciones de campo y trabajo restauradas exquisitamente, las obras de inspiración rural alentejana concebidas por artesanos coexisten con objetos de diseño contemporáneo. Panorámicas terrazas y piscinas contribuyen a un rústico minimalismo, con el sello del arquitecto Manuel Aires Mateus, en el que uno querría quedarse a vivir. Pasear a lomos de sus caballos lusitanos el viñedo propio del que salen sus caldos, disfrutando después de un picnic al aire libre, es obligatorio. También lo es una cena en su restaurante con todos los productos que de allí brotan, no solo uva. Granja y huerto surten sus suculentas cocinas en torno a la viña que, históricamente, todo lo conecta. No regreses sin una cita en su M Wellness Spa.

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Alt Penedés, España

imagen de la bodega
D.R

Nos quedamos en España. A tan solo 60 kilómetros de Barcelona por una carretera que atraviesa bellísimos paisajes, el valle de L’Avellà es un paraje por descubrir. Se encuentra en la región vitivinícola de L’Alt Penedès y es el diminuto municipio de L’Avellá el que le da nombre. Atrás quedan las grandes bodegas de la zona para dar paso a proyectos más boutique como el de MontRubí. Entre viñas y bosques, entre bucólicos senderos como el que lleva a los restos de la ermita románica de Sant Andreu de L’Avellá, se alza esta bodega con un recién galardonado hotelito de cinco estrellas solo para adultos: Casa Gran 1771 La desconexión aquí es total y el disfrute de la gastronomía, pleno. Una masía originaria del siglo XIV alberga diez coquetas y cálidas habitaciones con vistas al entorno y un chalet decimonónico, edificación principal del complejo, que guarda un restaurante, un bar de vinos y exteriores de ensueño, piscina incluida. A un lado, la cava de la propiedad, pionera en la recuperación de variedades autóctonas y en el cultivo ecológico. Sus vinos de altura, fruto de sus 40 hectáreas de uva, tienen en el monovarietal de sumoll su etiqueta más especial. Su tinto Gaintus fue el primero del mundo en este sentido y todo un desafío que se descorcha y paladea con todos los sentidos aquí. Catas, degustaciones culinarias con fantásticos maridajes y hasta visitas en helicóptero a puntos cercanos como el monasterio de Montserrat están en su catálogo para exprimir un romántico fin de semana.

Champagne, Francia

imagen de la bodega
D.R

Visitar los llamados Campos Elíseos de la región de Champagne de la mano de la mayor y más emblemática ‘maison’ de la zona es algo que cualquier aficionado a las burbujas debe permitirse al menos una vez en la vida. Conocer en primera persona el mágico método de elaboración y conservación de las prestigiosas etiquetas de Moët & Chandon a través de decenas de kilómetros de galerías subterráneas es un lujo que se ofrece con varios tipos de recorridos y catas, desde 25 euros por persona. Además de la bodega, el alrededor es de una belleza sobrecogedora. Lo es en cuanto a lo natural, gracias a esos verdes campos cuajados de viñas; y lo es en lo arquitectónico y cultural. No en vano, la Avenue de Champagne de Épernay y todo el conjunto de viñedos, casas y bodegas hasta Reims es Patrimonio de la Humanidad. Para alojarse, con suerte y solo por invitación, el dieciochesco Châteaux de Saran, propiedad de la marca, consigue hacer sentir al huésped miembro del celuloide. Este castillo, lamentablemente, es una maravilla al alcance de muy pocos. La lista de nombres ilustres que lo han habitado viaja desde Napoléon Bonaparte a una interminable lista de celebridades de hoy día, amigas de Moët, pero en las inmediaciones se encuentran alojamientos con encanto a raudales. Uno de ellos es el Relais & Châteaux Hostellerie La Briqueterie, una imponente casona de cuarenta habitaciones con un restaurante gastronómico, comandado por Benjamin Andreux, que es otro enclave de lujo y bienestar digno de reserva.

Ribera del Duero, España

imagen de la bodega
D.R

En la denominación que delimita el Duero brilla en especial una estrella más allá del infinito cielo que aquí se contempla. En esta caso, es la estrella Michelin del restaurante Ambivium en la bodega Alma Carraovejas. Es en Peñafiel, donde puedes quedarte a dormir en coquetos hoteles, y con vistas al castillo en la lejanía, es donde se elabora su marca origen, Pago de Carraovejas. Más de treinta años de trayectoria la han convertido en una de las mejores a nivel nacional y su comedor es fiel reflejo de ello, de su propósito por seguir siendo un referente gastronómico global. En las mesas de Ambivum, tras una magnífica visita a sus cavas, primero va el vino y luego la comida; esa es su particularidad. Tres mil etiquetas, propias y ajenas, se guardan en estancias de diseño como las de la fotografía y van llenando las copas sobre sus manteles blancos hasta que la imagen es la de un océano de cristal. Cristóbal Muñoz lidera la propuesta sólida. La cocina local, de temporada y proximidad, es clave en un entorno que aboga por el arraigo y, por tanto, la sostenibilidad. Iniciativas como la miel y el huerto propio ejemplifican aún más este objetivo. También las recetas, con brillante técnica. En nuestra última visita, nos deleitaron con el guiso de garbanzos con trompetas de la muerte y trufa, la excelente trucha en adobo con jamón y sus huevas, una brandada y un taco de bacalao en salsa de de ajoarriero o la torcaz con calabaza y cacao.

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Alto Douro, Portugal

imagen de la bodega
D.R

Conducimos ahora hasta el norte de Portugal, a esta tierra dedicada al vino desde la época cisterciense, orden impulsora de los afamados Portos. Allí, la Quinta de Ventozelo presume de ser la mayor, con 400 hectáreas de las que la mitad están dedicadas a la viña que forma ese paisaje en escalera Patrimonio de la Humanidad. Tras la pandemia, la finca, un balcón privilegiado y natural sobre el río con unas imponentes vistas desde casi cualquier espacio, ofrece al visitante algo menos de una treintena de habitaciones con encantador diseño. No rompen la paz circundante; se inspiran en los edificios ya existentes desde los tiempos de la aristocrática Casa do Poço, propietaria durante más de 500 años, con un aire moderno que aporta Gran Cruz, empresa que lo posee hoy día. El arquitecto Carlos Santelmo y la interiorista Cristina Caiano han conseguido así, con el blanco, la madera, la piedra y el sencillo y cálido confort como único objetivo, crear esa sensación de hogar, más que de hotel, que se goza con chimenea, un libro y una copa de vino. Es más que suficiente, pero la bodega propone otro sinfín de actividades enoturísticas, desde paseos en jeep por los viñedos a catas de sus excelentes vinos, pasando por visitar su propio museo o navegar en barco el río y almuerzos en su orilla. Después de un baño en su piscina infinita, una cena a base de arraigadas recetas, elegantemente servidas en su cantina entre antigüedades y vajillas de Bordallo Pinheiro, es el colofón perfecto.

Valle de Guadalupe, México

imagen de la bodega
D.R

Sorprendentemente, aunque fueron los misioneros españoles los que llevaron el vino a Baja California, muchos de los viñedos del semidesértico y fotogénico Valle de Guadalupe fueron cultivados por rusos molokanes, un grupo pacifista que se exilió en México a principios del siglo XX huyendo de la represión del zarismo. De esta curiosa historia y de su evolución se puede aprender en una de las bodegas más destacadas allí, El Cielo, que aúna como pocas el estilo del ‘viejo mundo’ al que insufla ‘terroir’ mexicano y corte moderno en líneas que van desde los jóvenes Astros a los clásicos Astrónomos, sus etiquetas. Una visita guiada por su treintena de hectáreas de cultivo no está completa sin quedarse a dormir en sus suites y exclusivas villas de postal con perspectivas inolvidables de un marco, asimismo, para el recuerdo. El valle de Guadalupe se queda grabado, de la misma forma, en el paladar. Varios de los conceptos gastronómicos más destacados del país se pueden reservar aquí. Uno es Fauna, encumbrado por David Castro Hussong y Maribel Aldaco Silva por su cocina autóctona en constante transformación. Comerse el entorno, pasado por manos maestras, es posible en este restaurante enclavado en la vinícola de diseño Bruma, que también cuenta con villas y casas de revista. También lo es en Deckman’s en el Mogor, donde apurar el plato de codorniz con puré de calabaza y mantequilla tatemada de Drew Deckman en el idílico escenario natural que es esta parte del mundo.

La Rioja, España

imagen de la bodega
D.R

La primera denominación de origen certificada oficialmente en España fue esta y, aún hoy, sigue siendo líder a caballo entre la tradición y los proyectos contemporáneos. Todo lo aúna Marqués de Riscal, bodega pionera desde sus inicios a finales del siglo XIX, pionera en el desarrollo del enoturismo en la zona casi un siglo después y pionera en salpicar de contemporaneidad las labores y campos de la región con la apabullante arquitectura de Frank Gehry que cubre sus intalaciones: hotel de lujo, bodega y restaurantes. Marqués de Riscal pertenece al sello más cuidado de Marriott, Luxury Collection, y lo hace con todas las letras en sus habitaciones, suites y único spa de la firma francesa Caudalie. Te quedes a dormir o no, contratar un tour por sus históricas cavas y una cena con estrella Michelin frente al encantador pueblito medieval de Elciego es otro 'must' para cualquier interesado en lo enológico. En sus dos menús degustación, de siete y nueve pasos, se saborean los platos más tradicionales de la región pasados por las manos maestras de un nombre propio allí como es el de Francis Paniego. Los vinos, unas de las etiquetas más reconocidas del país, no necesitan presentación.

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Ribera del Duero, España

bodega de abadía retuerta
D.R.

No nos vamos del todo de la tierra de uno de nuestros grandes ríos. En este caso no dentro de la histórica D.O., por la que no se rige, pero sí a un paso en la región encontramos el que, en repetidas ocasiones, ya hemos certificado como el mejor retiro gastronómico de España. Solo por parar a cenar en Refectorio, el restaurante con estrella Michelin, hay que ir a Abadía Retuerta LeDomaine. El corazón de este hotel de gran lujo es una bodega de aúpa y este restaurantazo de nivel, capitaneado por Marc Segarra, en el interior de una abadía del siglo XII cuajada de obras de arte de la época que contrastan con piezas contemporáneas. Lo de retiro iba en serio, la paz monacal que se respira no tiene igual en las inmediaciones. El chef es catalán pero es el terruño castellano el que le inspira y al que aporta su extenso conocimiento de la vanguardia culinaria que le enseñaron otros. Tomando como referencia esta tierra, sus vinos y el marco en el que se encuentra, hace desfilar platos que se reconocen al leerse pero que sorprenden al experimentarse. Producto de primera y claridad son sus señas y los reclamos para una segunda estrella que, seguro, está próxima.

Toscana, Italia

imagen de la bodega
D.R

Empezamos por la Toscana croata y vamos a terminar por la auténtica Toscana, la italiana. Tan cerca de la civilización -a un paso de Florencia- y a la vez tan lejos, es una cinematográfica escapada a través de fincas y pueblos con un encanto milenario. Artimino es una de estas paradas. Entre las suaves colinas de la zona de Carmignano se encuentra esta localidad junto a una antigua finca que fue propiedad de la familia Medici, responsable de Villa La Ferdinanda que sigue en pie, imponente. Alzada a instancias del Gran Duque Fernando I de Medici, se trata de la obra maestra arquitectónica de Bernardo Buontalenti y solo visitarla y admirar los frescos de Cresti y Poccetti, como hicieron antaño Da Vinci o Galileo Galilei, ya es motivo para acercarse. Junto a la mansión se encuentra el hotel Tenuta di Artimino, miembro del sello Meliá Collection. Sus 30 habitaciones, de hecho, ocupan lo que antiguamente fueron las casas del servicio. Hoy se presentan sobrias y elegantes, el descanso perfecto tras una jornada de campo descubriendo el resto de tesoros de la propiedad conmultitud de actividades, desde catas de vino a degustaciones de aceite (cuentan con olivar propio). 70 hectáreas de viñedos rodean el hotel, con vides de sangiovese y cabernet sauvignon que, se dice, fueron traídas por la propia Catalina de Médici. Estos son vinos de una Toscana apartada, auténtica, donde la vida se sigue rigiendo por los ciclos de la naturaleza.

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