Las 22 mejores series de terror de Netflix para asustarse

En su quinta serie de terror para Netflix, Mike Flanagan ha acudido a un maestro como Poe para inspirarse. Todo para contar la muerte de toda una familia de personas crueles y sin sentimientos. Fallecidos todos en extrañas circunstancias (inspiradas todas las muertes en otros relatos de Poe), pero con un denominador común, un misterioso pacto que es el principal misterio de la serie. Por si te quedaron dudas, te recordamos nuestro final explicado de La caída de la casa Usher.

La icónica familia Addams aterriza en Netflix con Miércoles como protagonista. En su nueva serie, la siniestra joven lidia con una ristra de misteriosas muertes que tienen lugar en su pueblo, resuelve un antiguo asesinato que involucra a sus propios padres y gestiona la aparición de sus poderes psíquicos, todo al mismo tiempo. Mientras tanto, se enfrenta a un reto todavía mayor: encajar en su nuevo colegio, la tétrica academia Nevermore. La serie es un relato sobrenatural con tintes cómicos.

Los creadores de Dark, Baran bo Odar y Jantje Friese, regresan a la parrilla de Netflix con 1899. La serie, que incluye en su reparto al español Miguel Bernardeau —la estrella de Élite—, cuenta cómo el viaje en barco de un grupo de migrantes desde Europa hacia Nueva York se convierte en una auténtica pesadilla cuando se topan en plena travesía con un buque a la deriva. El título tiene en nómina también a guionistas de distintas procedencias, entre ellos el español Darío Madrona, cocreador, precisamente, de Élite.

¿Qué es un Halloween sin Guillermo del Toro? El mexicano, responsable de algunas de las mejores películas de terror de la historia, avala esta antología de cuentos que desafían las nociones clásicas del terror. El gabinete de curiosidades de Guillermo del Toro trae a Netflix una colección de ocho relatos que van de lo gótico a lo mágico firmadas por guionistas y directores reclutados personalmente por Del Toro (incluido él mismo). Además, el reparto cuenta con nombres como Rupert Grint, Tim Blake Nelson o F. Murray Abraham.

Todo el pedigrí le viene a esta serie por su creador, Mike Flanagan, quien vive un idilio con Netflix desde que hace años firmara para la plataforma la celebrada La maldición de Hill House (seguida por La maldición de Bly Manor). Después de Misa de medianoche, excelente pero algo menos accesible, Flanagan y Netflix calientan motores para Halloween con una serie young adult sobre cinco jóvenes con enfermedades terminales que se reúnen cada noche en el hospital para contarse historias de miedo.

Nos ponemos en modo Buffy Cazavampiros, pero más intensito, para hincarle el diente a esta producción polaca sobre un grupo de alumnos prodigio que investigan sucesos paranormales. Los monstruitos están hechos de aquella manera, pero la atmósfera oscura funciona y las tramas de jóvenes torturados-cool, también.

Un mix de Euphoria y Train to Busan. Así se podría describir esta producción coreana que coge el testigo de El juego del calamar con una trama de alumnos de instituto problemáticos en pleno apocalipsis zombie. Tiene un punto que se sale con gracia de los lugares comunes de este género, quizá porque está basada en un cómic online y se nota esa frescura. Muy bruta y muy crítica.

Basada libremente en el popular pódcast Archive 81, es una serie de terror sobrenatural con los productores de Expendiente Warren y Stranger Things. James Wan, que no es poca cosa. ¿La historia? Un archivista acepta el encargo de restaurar una colección de cintas de vídeo de 1994 y se va sumergiendo en la investigación que una documentalista de esa época llevó a cabo sobre una peligrosa secta… Por su promoción descafeinada podría parecer una de tantas, pero su diálogo nostálgico con clásicos del cine de terror como El resplandor y su factura vintage acompañan de maravilla a una trama más de misterio que de miedo que salta entre cliffhangers muy decentes.

Para quienes sean más de realidad que de ficción, el catálogo de series chungas de Netflix incluye también el documental Conversaciones con asesinos: las cintas de Jeffrey Dahmer. Esta miniserie, de solo tres episodios, funciona como nueva entrega de la franquicia Conversaciones con asesinos (que ya ha explorado las mentes de otros criminales, como Ted Bundy), pero ofrece un relato completamente nuevo basado en inéditas grabaciones de los escalofriantes intercambios mantenidos entre Dahmer y sus abogados, que ayudan además a comprender cómo cuestiones como la raza, la clase social o la sexualidad condicionaron los 17 asesinatos que Dahmer cometió entre 1978 y 1991.

Es la última de la trilogía (por ahora) junto a las maldiciones de Hill House y Bly Manor, y también nuestra favorita. El paso que ha dado el creador Mike Flanagan en Misa de medianoche es más que considerable. En esta miniserie de 7 capítulos obvia todos los resortes facilones de las producciones de miedo y se centra en la creación de unos personajes memorables en una atmósfera cargadísima, con algunas escenas de diálogos larguísimos que aburrirán a los que buscan sustos de manual pero que tienen la capacidad de penetrar en la psique de los espectadores más audaces.

Una rareza máxima que te dejará buen sabor de boca si te gustan las bizarradas con referencias, pero que te agriará si no estás para tonterías. Va sobre una aspirante a directora de cine que llega a Hollywood con un corto underground bajo el brazo, pero se encuentra con una industria que va a destrozarla… a menos que lo haga ella antes. El reparto es fantástico, igual que la producción.

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Aunque en Francia, su país de origen, la crítica se cebó con ella por considerar que hace flaco favor a la comprensión histórica de la Revolución Francesa, en el resto del mundo sí pareció un experimento muy loco y visualmente impactante. El punto de partida es polémico y genial: el inventor de la guillotina expande una enfermedad por la que son los aristócratas los que asesinan al pueblo. Y lo hacen muy a saco. Eso sí, es más una broma macabra que una crítica social.

Se nota mucho la mano de los creadores de Sherlock en esta versión del clásico de Bram Stoker. Aplican el formato de tres episodios de hora y media para tres historias semi independientes y algo irregulares: la primera atrapa por su clasicismo barroco con sus flashazos de terror hasta gore y por el magnetismo de los protagonistas –el nivel de los actores es BBC, los otros productores–; la segunda tiende al naufragio…; y la tercera es más ambiciosa en el sentido de que trata de darle un giro al mito del vampiro, pero el desenlace es lo peor de toda la serie.

Miedo no es la palabra para definir este prodigio de la animación stop motion (la de muñequitos reales que se mueven). Se trata de una antología de tres cuentos, unos más siniestros a lo Edgar Allan Poe, otros con un humor negro espléndido, de la que mejor no te contamos nada para que te sorprenda. Una de esas joyitas del catálogo de Netflix que casi a nadie ha visto.

Si eres fan del género zombi, y todavía no has visto esta serie, estás tardando. Sin concesiones, nos cuenta los primeros días del apocalipsis zombi, cuando todo se desmorona y el caos impera en el mundo. Cuando llegues al final de la primera temporada, te darás cuenta de lo que significa ser una madre coraje. Y en la segunda, prepárate para frío y escalofríos. ¡Ah! Si quieres ver la serie zombi por antonomasia, en Netflix tienes disponibles 10 temporadas de The Walking Dead.

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Uma Thurman protagoniza esta serie, que mezcla terror del bueno con toques de Hereditary o Déjame salir. Aunque el arranque de la historia no es especialmente original (una joven se somete a un trasplante de corazón tras un infarto y comienza a sentir y ver cosas como si fuera la donante), luego llega lo bueno, en forma de perturbador relato que cuenta la relación que establece con la familia de la muerta. En serio, es perturbadora al máximo. Te avisamos. Y también, que engancha. Allá tú.

Terror francés que te helará la sangre. Cuenta la historia de una novelista de terror que decide retirarse durante un tiempo. Y como no siempre en esta vida se puede ser feliz con las decisiones propias, se le aparece Marianne, el demonio que protagoniza sus libros, y la fuerza a seguir escribiendo. Ni que fuera el ministro de Hacienda...

Los relatos de ciencia ficción de Ray Bradbury, los Cuentos asombrosos de Steven Spielberg, los capítulos de Black Mirror… Esas referencias nos vienen a la cabeza ante el fascinante proyecto de Netflix, Love, Death & Robots, una serie pretendidamente artística y revolucionaria en lo audiovisual, en la que han participado creadores de todo el mundo bajo la batuta de dos figuras clave en la ficción actual: Tim Miller, (Deadpool) y David Fincher (House of Cards). Son 26 cortos de animación para adultos (hay violencia, sexo, gore…) de entre 5 y 15 minutos de duración, una orgía de imágenes tan variada e irremediablemente irregular que a veces se queda en ocurrencia creativa pero que cada dos por tres estalla como obra de arte freak. Una experiencia muy brutal que recomendamos degustar en pequeñas dosis, como aperitivo de maratones de otras series.

¿Sabes lo que es el agobio? Lo vas a sentir elevado a la enésima potencia cuando veas esta serie india sobre posesiones infernales en una cárcel más infernal todavía, todo de la mano de los productores de Déjame salir o Insidious. Clautrofobia y violencia para dar y tomar.

La versión en serie del clásico noventero se centra más en el cluedo para descubrir quién está asesinando a los protagonistas –algunos de los crímenes molan cantidad– que en el humor negro de Wes Craven. Pero funciona muy bien como renovación millennial del género slasher.