¿Cuál dirías que es tu filosofía de vida? Si ante esa preguntas arqueas las cejas porque no sabes qué decir o bufas porque te parece una pedantería absurda, cuidado. En estos tiempos de ruido, de mensajes superficiales, de polémicas tuiteras y hashtags lavaconciencias en Instagram, es más importante que nunca el crearte una buena armadura filosófica para no convertirte, con perdón, en un gilipollas. En un pelele, que suena más fino. Una capa fluida y permeable, la más preciada por los superhéroes del día a día. Hablamos de este proceso tan íntimo y a la vez tan social con Carlos Cuevas, que no es un filósofo consagrado (por ahora) pero sí un actor capaz de sembrar la semilla del pensamiento crítico en la mente de miles de jóvenes, sobre todo gracias a su papel en Merlí Sapere Aude. La serie está ahora de despedida en Movistar+ con la emisión de su última temporada, pero el interés que ha despertado por la filosofía aplicada a los conflictos cotidianos no acaba ni mucho menos aquí. Nuestro interés por la carrera (interpretativa o filosófica, allá él) de Carlos Cuevas, tampoco.

¿Merlí te ha generado muchos debates internos?
Nos ha pasado muchísimas veces que la serie toca temas filosóficos en los que estamos de acuerdo o que nos generan conflicto a nivel personal. En esta segunda temporada se debate por ejemplo si hay que separar al artista de la persona, si debemos perdonar a Michael Jackson por sus supuestas atrocidades y quedarnos con el músico. Yo creo que no se puede separar artista y persona, que en el siglo XXI no toca hacerlo, pero en escena me tocó defender una corriente de pensamiento sobre la que estoy totalmente en contra. Nuestro curro en este sentido es no juzgar al personaje e ir a muerte con lo que pone en el guion, pero claro nos genera mucho conflicto. Y es chulo porque fuera del set sigue la conversación, todos los actores estuvimos hablando del tema después de comer. Es lo bueno de Merlí, que sus debates traspasan la pantalla.

"La escucha es cura y es bálsamo"
carlos cuevas, subido a una torre de libros, en una sesión de fotos para la revista esquire
Gema Checa
carlos cuevas sentado sobre una pila de libros en un reportaje para esquire
Gema Checa

¿Este trabajo ha alterado tu manera de afrontar esas discusiones de ideas?
Yo soy un tío visceral y con carácter, pero intento no ser intransigente y dogmático, sino tener una opinión sin estar negado a escuchar las otras y entenderlas. Creo que esto va de empatía. Que significa saber escuchar a los demás o al menos intentar entender el punto de partida de los otros.

¿Es esa incapacidad de ponerse en el lugar del otro el gran cáncer de nuestra sociedad?
Sí, la intransigencia es el enemigo. Esto va de escucha, de empatía, de ponerse en el lugar del otro, esto va de la cura, de los cuidados. La escucha es cura y es bálsamo.

¿Con quién te pegas tus mejores banquetes de ideas y debates?
La verdad es que tengo unos amigos estupendos con quienes debato muchísimo, tanto hombres como mujeres, me vienen recuerdos recientes de sobremesas en las que se ha hablado de temas superinteresantes, contemporáneos, temas que están vivos y nos tocan. También en el trabajo, que es muy estimulante.

¿Los diferentes tipos de relaciones o las cadenas del amor romántico son temas estrella?
Creo que cada generación da un salto a nivel relacional y la nuestra se ha cargado el amor de Hollywood. Hemos asumido que forma parte de una ficción que no se corresponde con nuestra realidad. A mí me interesa debatir sobre lo que tiene que ver con mi día a día, y por supuesto las relaciones emocionales y sentimentales forman parte de mi entorno. Me gusta hablar de ellas, de hacia dónde vamos, aunque no lo tenga nada claro. Vuelvo a lo no dogmático, a lo no lo estricto. Que cada uno haga lo que le dé da la gana y se sienta cómodo con el tipo de relaciones que tiene.

En ese sentido, Merlí ha abierto un espacio muy interesante en cuanto a la representación de la bisexualidad.
Sí, ha dinamitado prejuicios y ha roto estigmas normalizando muchas conductas. Yo creo que el camino va hacia no etiquetarnos y asumirlo todo como posible.

el actor carlos cuevas posa para la revista esquire
Gema Checa
primer plano del actor carlos cuevas con barba
Gema Checa

¿Quién dirías que es tu mentor en temas de apertura mental?
Tengo muchísimos mentores, desde los libros que leo a las películas que miro, pasando por los periodistas que escucho. Soy un tío muy de radio: me levanto con Jordi Basté en RAC1, escucho un montón de podcast como el de las chicas de Deforme semanal o La vida moderna, también Crims y Ciutat Maragda en Catalunya Ràdio… Si hablo a nivel personal, uno de mis grandes amigos, Pep Ambròs, también actor, es uno de mis grandes mentores emocionales. Un tío al que siempre recurro para pedir consejo. Su palabra siempre me sienta bien.

¿Qué estás leyendo?
Mucha novela últimamente. Este 2021 he leído Lectura Fácil de Cristina Morales, Al final siempre ganan los monstruos de Juarma, Feria de Ana Iris Simón, Un amor de Sara Mesa… Y guiones, por supuesto, además de muchos textos de temas que me interesan también.

Cojo el hilo de Lectura fácil: ¿alguna vez has estado tentado de mandar la sociedad a la mierda e ir a tu bola?
Eh… Creo que sí. A todos nos entran momentos de desazón y de ser ermitaños. Yo hay veces que me declaro misántropo empedernido, pero luego me vienen cosas que me hacen querer engancharme a la gente que tengo alrededor.

¿Cuáles son los grandes temas que te generan rayadas profundas?
Por ejemplo cuando te das cuenta de lo pequeños que somos, que se trata a través de Carl Sagan en el primer capítulo de esta temporada de Merlí. En ese artículo, Un punto azul pálido, relativiza la importancia del ser humano con respecto a la grandeza del universo. Creo que es chulo bajar al terreno y decir "tío, tranqui, ese enfado que te pillaste el otro día no tiene importancia, o sí la tiene pero relativízala, y entiende que formas parte de un conjunto y que esto va de todos".

"Me lo trabajo para hacer cada vez más lo que quiero y menos lo que quieren"
carlos cuevas en esquire
Gema Checa

Por cierto, Carlos… ¿Tú sueltas estas chapas habitualmente?
¡Claro que no! Las suelto porque me estás entrevistando y me estás preguntando de filosofía. ¡Si yo vengo de tomarme una caña! (risas).

Como le dicen a Pol en la serie, ¿eres un poco pedante?
A veces también soy un poco pedante, seguro. Supongo que se me va la vena porque estudié Literatura, que es un poco repelente. ¡Pero espero no serlo mucho rato! Yo soy un tío reflexivo pero no tengo nada claro. Precisamente porque no tengo nada claro soy reflexivo. Y por eso no soy intransigente. Creo que soy alguien muy manipulable, en realidad todos lo somos. Si alguien te convence muy bien de una idea con unos argumentos potentes y un discurso de puta madre, pues claro que nos lo creemos… Luego está tu trabajo en casa de revisarte y decir "hostia, me la ha colado".

¿Cómo se alenta a la gente para que no se la cuelen?
Pues estando atento con los cinco sentidos. Merlí invita a eso: "¿Estás seguro de que lo has entendido?", "¿Estás seguro de que lo que piensas es lo que piensas de verdad?". Vamos a revisitarnos. Después de un proceso de análisis, de hablar contigo mismo, de buscar referentes, entenderás que estabas en lo cierto o no. Va de repreguntarse todo el rato, de no dar las cosas por solificadas.

¿Eres así de reflexivo con respecto a tu carrera?
Sí, no me gusta dar pasos en falso… Entendiendo que tampoco somos bloques de mármol, que nos podemos equivocar. Pero me gusta que los siguientes pasos tengan sentido, que tengan que ver con mi ideología, que esté tranquilo con ellos, que no me generen conflicto interno. Me gusta que las cosas que hago me representen. No sé si siempre consigo ser consecuente, pero al menos me lo pregunto. Hablando de la vida en general, sí hay veces que me angustia no poder hacer lo que quiero, pero estoy trabajando para hacer cada vez más lo que quiero y menos lo que quieren. Poco a poco.

"Lo que decidimos leer, comprar, consumir… Todo es político. Todo es ideológico"
carlos cuevas, descalzo y tumbado en la cama en una sesión de fotos para la revista esquire
Gema Checa
el actor carlos cuevas saca la lengua mientras lee tumbado en la cama
Gema Checa

¿Alguna vez te ha tocado abochornarte?
¡Claro! Todos tenemos manchitas negras (risas).

¿Quién es tu filósofo favorito?
¡Qué difícil! De los contemporáneos me gusta mucho Slavoj Žižek, un eslavo bastante punki, anticapitalista. A nivel nacional, he leído algunos ensayos de Josep María Esquirol, como La resistencia íntima, que me interesa mucho porque gira alrededor de este concepto de la importancia de la cura, de la escucha, de la filosofía de la proximidad. También de aquí me gusta mucho Marina Garcés, una filósofa catalana estupenda, políticamente es impresionante. Hace poco fui a escuchar una charla que moderaba en el Teatre Lliure alrededor del futuro, de lo que nos viene. Me interesa como filósofa política.

¿De quién has aprendido esa parte de la filosofía de la proximidad?
Eso me lo ha enseñado mi madre, claro, que es muy cariñosa. También lo he aprendido viendo al tipo de gente a la que me quiero parecer, porque esa actitud a mí me genera más calor y más ganas de estar con ellos. Es un efecto espejo.

¿La política es una parte clave de tu filosofía de vida?
Sí. Creo en esa frase tan bonita y tan repetida: lo personal es político, todo el rato. Hasta lo que decidimos leer, la ropa que decidimos vestir, dónde decidimos comprar y consumir, qué tipo de relaciones personales decidimos tener… Todo es político. Todo es ideológico.

¿Tu formación es variada en ese sentido?
Bueno, lo intento. Yo sigo a todo el mundo en Twitter, a quien me cae bien y a quien no, a mis colegas y a algún político que otro. Me gusta estar informado.

¿Twitter no es un poco la metáfora de ese ruido incompatible con la reflexión?
Sí que es difícil, hay mucho ruido. Twitter es un bar de gente enfadada. Yo hace un par de meses me desinstalé las redes sociales de mis dispositivos. No he desactivado mis cuentas porque sé que son una herramienta publicitaria estupenda para mi trabajo, pero ahora mismo me generan más angustia que otra cosa. Así que solo entro desde el ordenador de vez en cuando. Estoy explorando otras vías de información, como la radio y la prensa a través de diferentes formatos.

"¿Mi templo es mi cuerpo? Mi templo es mi cabeza. Y mi cuerpo es la carcasa"
el actor carlos cuevas en camiseta tumbado en la cama en una sesión de fotos para la revista esquire
Gema Checa

¿Aplicas el 'mens sana in corpore sano'? ¿Cuidas tu templo?
¿Mi templo es mi cuerpo? Mi templo es mi cabeza. Y mi cuerpo es la carcasa. Me gusta cuidarme físicamente porque me siento bien, pero ni me obsesiona ni me parece una prioridad. Preparo mi cuerpo para los personajes: si ruedo Merlí me pongo más fuerte porque el personaje es así, se hace referencia a mi físico y tiene que estar acorde a lo q ves. Pero otras veces me ha tocado adelgazarme, ahora me estoy dejando esta barba absurda por otro personaje… Bueno, somos marionetas (risas).

¿Un último consejo para animar a la gente a currarse más su filosofía de vida?
Yo animaría a la gente a ir a la librería más cercana y que les recomienden tres autores muy diferentes entre sí. Que se lean los tres y que saquen sus propias conclusiones.