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  • Todo sobre 'Gladiator 2' con Paul Mescal

Si quieres saber quién es realmente Paul Mescal tienes un problema.

Si pretendes entender por qué toma las decisiones que toma Paul Mescal (no cuentan los anuncios de salchichas irlandesas mientras estudiaba interpretación para pagar el alquiler de todo un año) tienes un problema.

Y si quieres saber de qué es el sándwich que se está comiendo Paul Mescal en este preciso momento en el que estás leyendo estas líneas te enfrentas a un problema aún mayor. (Spoiler: no entiende tu obsesión y considera que no debería importarte.)

Paul Mescal no quiere que le entiendas. Quiere que veas sus películas, que le vayas a ver al teatro. Y, básicamente, que le dejes tranquilo.

Necesito hacer un pequeño flashback para que puedas entender todo esto. Tengo que viajar en el tiempo contigo a las 23.00 horas del sábado 6 de mayo de 2023. Me parece más interesante que contarte que Mescal va a dar vida a Shakespeare en la adaptación de Chlóe Zhao de la novela de Maggie O’Farrell Hamnet o que está ensayando ya el musical compuesto por Stephen Sondheim Merrily We Roll Along o que le fascina -nivel obsesión- la cantante Mitski, cuyos discos escucha una y otra vez (y pueden explicar en parte, bromea, su afición por elegir dramones antes que comedias). La noche londinense es tibia y húmeda (normal, claro, después de cuatro horas lloviendo con inquina, como solo llueve en Londres), cuando Paul Mescal sale del Almeida Theater y se encamina hacia el Groucho Club, en el hígado del SoHo londinense, la adrenalina de la última función de Un tranvía llamado deseo todavía crepitando por todo su cuerpo, el cerebro a 300 kilómetros por hora. La compañía celebra allí el punto final a seis semanas seguidas en cartel y da carpetazo a una versión con la que la crítica se ha deshecho en halagos condescendientes hacia Mescal: a pesar de su éxito y su proyección, el chico apunta maneras como actor, vienen a decir (ejem, diciéndolo) la mayoría de críticas serias de medios de referencia en la escena teatral.

paul mescal en el escenario interpreta a stanley en la obra de teatro un tranvía llamado deseo
Cortesía Almeida Theater

En una escena de Un tranvía llamado deseo, Stanley, el personaje del que acaba de desprenderse Mescal como piel de serpiente que ya toca mudar, dice: "Hay hombres a quienes se les puede embaucar con esa fábula de fascinación a lo Hollywood y otros a quienes no". Blanche le da la réplica en ese momento: "Estoy segura de que usted pertenece a esa segunda categoría". "Así es", responde (siempre contradictorio) Stanley. Ese texto en boca de ese actor en ese momento es doblemente irónico: es una declaración de intenciones, pero también es una advertencia de lo que está por venir cuando, con Gladiator 2, la carrera del actor irlandés adquiera una nueva dimensión a ojos del público. Porque otra cosa, muy diferente, es la dimensión que le quiera seguir dando él.

Mientras estudiaba teatro en la Academia Lir, en Dublín, un profesor con el que llevaba tiempo trabajando le dijo a Mescal que estaba hecho para hacer de Mitch, no de Stanley. Pero el actor quería a toda costa hacer de Stanley. A él le interesaba más dar vida a un acantilado de pesadillas y temores que a un personaje sensible, pero previsible, plano. Así que el 6 de mayo de 2023 Mescal, después de salir del Almeida, a las 23.00 horas, había cumplido un sueño: podía haber elegido cualquier cosa, pero había elegido volver al teatro para hacer el papel para el que no le veía un profesor.

"Vivimos en un mundo en el que la gente siempre trata de que reveles cosas sobre tu vida privada"

Ese momento, seguimos con el salto temporal, es un verdadero punto de inflexión para el actor de 28 años que tenía un futuro prometedor en el fútbol gaélico, un híbrido entre rugby y el fútbol tradicional (el mismo al que juega su personaje, Connell, en Gente Normal). Justo en frente de la discreta entrada del Groucho, el histórico sex shop gay Prowler promociona con un enorme cartelón un spa 24 horas de bacanal romana non-stop. A la vuelta de la esquina, una franquicia de la histórica tienda de fetichismo gay Clone Zone recibe a los londinenses que deambulan por el SoHo con un nada discreto cartelón de una pequeña fiesta a la que no, no estás invitado, pero mira qué bien se lo están pasando con cuero, orejas felinas y prótesis de silicona. La calle está atestada de seres humanos en busca de cualquier tipo de diversión de sábado noche. Una cadena de Sushi bento alojada en un local que se merecía algo mucho mejor y en el que perfectamente podrían haber cenado Calum y Sophie, los personajes de Aftersun, languidece a punto de cerrar en el otro extremo. En la calle dormitan aparcadas, justo en la orilla de la puerta del club, furgonetas blancas sin guardabarros y con la chapa sucia y con grafitis efímeros hechos con el dedo. Paul Mescal entra con decisión adolescente en el exclusivo local reservado a las mentes creativas que por Londres pasan. En ese momento concreto, entrando por la puerta del Groucho Club, Mescal necesitaba distanciarse de toda la atención, en medio de todo el ruido. Justo en ese momento necesitaba tomarse un ‘descanso’ tras la exposición de la serie Gente Normal, de la nominación al Oscar por Aftersun (no, no ganó) y de los (emocionalmente) exigentes rodajes de Intruso y Desconocidos (las vacaciones llegarían en breve en forma de huelga de guionistas y actores de Hollywood). Necesitaba coger aire.

el actor paul mescal
Pip/Searchlight Pictures

Es el Paul Mescal que en el verano de 2022 había rodado una película que se estrena ahora, el 23 de febrero, Desconocidos (All of us, strangers), que adapta una novela que no le llega ni a la altura de los tobillos. Es el Paul Mescal que en enero de ese mismo año había rodado Intruso, una película de ciencia ficción con Saoirse Ronan que se estrenó a principios de 2024 y que duerme el sueño de los justos tras un estreno directo en Amazon Prime Video (lo que es inversamente proporcional a la calidad de la película y de las actuaciones de los dos protagonistas).

Es también (y sobre todo) el Paul Mescal pre-Gladiator 2, película que en ese momento todavía no ha empezado a rodar, así que, de momento, Lucio solo está en su cabeza, no está aún en su cuerpo. Y es el Paul Mescal pre-campaña de Gucci. Ese Paul Mescal de mayo de 2023 ya no existe, aunque haya fotos, aunque haya películas. Fast forward a enero de 2024.

"Vivimos en un mundo en el que la gente siempre está tratando de que reveles cosas sobre tu vida privada. Uno de los únicos espacios seguros que existen, si te soy sincero, lo encuentro cuando interpreto a un personaje. Es así porque nadie puede saber nunca cuál es la verdad", nos cuenta Paul Mescal (28 años) dos días exactos de rodar la última escena de Gladiator 2. Es consciente del grado de exposición al que se va a someter en cuanto se estrene la película. Sabe de qué va todo esto. El éxito de la serie Gente Normal consiguió en cuestión de días en 2020 convertir a Mescal en un novio de Internet sin el esfuerzo que le llevó, no sé, a Keanu Reeves. Estrenada en pandemia, expuso al actor novel a una atención desorbitada, que, por supuesto, impulsó su carrera, pero también generó una atención que ni buscaba ni quería. "¿A quién le importa de qué es el sándwich que me estoy comiendo?" es una queja del actor que desde entonces aparece en sus entrevistas como un tema Guadiana.

"Una de las cosas más peligrosas que le pueden ocurrir a un actor es aislarse del mundo"

"Creo que de las pocas cosas que puedes mantener como algo privado como actor, y es una de las cosas que más me gustan, es que la gente nunca puede saber (nunca debería saber) qué parte sale de mí, qué parte estoy utilizando de lo que soy, de lo que he vivido, y qué parte la he fabricado por completo para el personaje", continúa el actor irlandés, sentado en el borde de un butacón demasiado bajo para alguien que se mueve tanto cuando habla. Este grado de sinceridad del actor con nosotros no tendrá nada que ver con el circo (guiño, guiño, codazo, codazo) del Gladiator que se avecina, así que seguimos tirando del hilo. No nos puede importar menos el péplum.

Su compañera de rodaje en Intruso, la actriz irlandesa Saoirse Ronan dijo durante la promoción de esa película que "cuando está dentro [de la historia que se está contando], está dentro. Se convierte en todo su mundo. Pero al mismo tiempo, Paul nunca desaparece". Tienes que ver Intruso para entender lo que dice Saoirse.

"Nunca le voy a decir a nadie qué parte de mí está en los personajes. Es parte de la magia que tiene la interpretación", zanja. Es su secreto. Es su verdad.

london, england february 18 paul mescal and andrew scott attend the netflix 2024 bafta awards after party at chiltern firehouse on february 18, 2024 in london, england photo by dave benettgetty images for netflix
Dave Benett
Paul Mescal y Andrew Scott, en la fiesta de los premios BAFTA 2024.

Es como la película que ahora promociona, Desconocidos, un drama sobre el duelo y sobre la dificultad de amar disfrazado de película de fantasmas en la que lo de menos es qué es real y qué son visiones.

"Es de ese tipo de películas en las que si tratas de buscarle un sentido físico te pierde el sentido de la película. Es de ese tipo de películas que se dirigen siempre a la persona más inteligente de la audiencia. Si alguien busca un sentido o un significado y no está buscando sentimiento, qué es lo que realmente quiere decir esta película, se está perdiendo su objetivo. Abrir la puerta, dejar entrar el amor, el sentimiento. No busques un significado racional. Porque vas a perder. No puedes ganar como audiencia si buscas significado". Lo mismo que si tratas de entender quién es Mescal y te pierdes la interpretación.

Además está claro que el Paul Mescal que tengo delante no tiene absolutamente nada que ver con el Paul Mescal que en 2021 rodó Aftersun o que en 2022 grabó Intruso y Desconocidos y empezó los ensayos de Un tranvía llamado deseo y al que comenzaron a tantearle para Gladiator 2 (la llamada le llegó cuando estaba rodando Desconocidos).

el actor paul mescal
Jay L. Clendenin

"Una de las peores cosas que le pueden pasar a un actor, una de las cosas más peligrosas que le pueden ocurrir cuando está bajo el escrutinio público es aislarse, comenzar a desaparecer del mundo… Tienes que cambiar. Si no cambias… El mundo puede dar miedo, pero si te asustas y te vas en retirada no puedes experimentar la vida, ¿cómo vas a hacerlo? Si no está en el mundo viviendo, evolucionando, cambiando, cometiendo errores, creo que tu trabajo va a sufrir", reconoce Mescal.

"Siento que hacer películas que tienen un mayor tamaño [como Gladiator 2] y llevar la responsabilidad de estar al frente de una película como esa por supuesto que te cambia, pero también creo que, al final, aplicas estos mismos principios", sigue.

¿Sabes una cosa? Mescal podría haber hecho de Mitch exactamente igual que de Stanley. Es de ese tipo de actores que, con madera de protagonistas, saben sacar punta a un secundario bien construido. "Tu trabajo cuando haces un papel secundario es entender el papel que tiene el actor principal, porque tienes que entender muy bien dónde encajas en esa historia, en su historia, que no es tu historia. Tienes que saber en qué intersección entras tú", me dice Mescal.

Cuando le comento mi teoría (intercambio Mitch-Stanley), Mescal se ríe. Intento rebatir su risa, diciéndole que en Desconocidos podría también perfectamente haber hecho el papel de Andrew Scott y viceversa. Sé que tengo razón... Mescal se frota el brazo izquierdo con la mano derecha, despacio, arriba y abajo, y me responde: "Yo lo que siento de verdad es que Andrew podría haber hecho el papel que hace Claire Foy". Estoy a punto de decirle que perfectamente podría haberlo hecho él también, pero se acaba el tiempo de la entrevista.

el actor paul mescal
Pip/Searchlight Pictures

* Esta entrevista aparece en el número de marzo de Esquire

* Puedes ver la miniserie completa Normal People en Movistar +. Tienes Foe (Intruso) en Amazon Prime Video. Aftersun está en alquiler en Filmin. La hija oscura está en Netflix.