Tras una larga ruta promocional, este viernes 26 de abril llega a los cines Rivales, la película que lideran Mike Faist, nuestro hombre de portada Josh O'Connor y, por supuesto, la estrella más sideral del firmamento contemporáneo, Zendaya. Pero, y es algo que ya hemos dicho anteriormente, lo cierto es que la fama de Zendaya ha ido por delante de su filmografía. Más allá de los roles secundarios en Spider-Man, Dune o El gran Showman y de su co-protagonismo en la pequeña Malcolm y Marie, está es la primera gran película verdaderamente protagonizada por Zendaya.

Cuando hay estos extraños desfases a veces ocurren cosas tan raras como que parte de sus fans se extrañasen cuando surgió el primer tráiler de la película y la vimos besándose a la vez con los dos protagonistas. Hubo quien se acordó de Tom Holland, quién pensó que iba a hacer una película repleta de sexo y desnudos para matar por completo a sus inicios en Disney, etc, etc. Ella, por supuesto, ha intentado zanjar el debate diciendo lo raro que le parece que ciertos espectadores encuentren extraño que se bese o tenga escenas de sexo con otros compañeros de reparto. Es, al fin y al cabo, parte habitual del trabajo actoral. Pero ya sabemos cómo es el mundo, y si el cine funciona es porque parte de nosotros se cree que es real, aunque sea un poquito, y no hay nada más morboso que lo relacionado con el sexo.

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Warner Bros.

Lo cierto es que todo tipo de espectadores, desde los que querían que Zendaya se atreviera con una película picante como los que querían seguir protegiéndola cual monja ligada a la pureza de sus infancias, estarán más que satisfechos con Rivales. Como ya logró hacer en Call Me By Your Name con Timothée Chalamet y Armie Hammer, Rivales es una lección de cine tórrido, caliente, sexual y erótico que no necesita de escenas explícitas ni de apenas desnudos. Es una película que con habilidad, con miradas, con montaje y con el atractivo y carisma de su trío protagonista transmite esa excitación. No hace falta un culo al aire cuando ya tienes un muslo que acaba en una minifalda movida por el viento; no necesitas ver un pene cuando lo cubre una toalla mal colocada y no es necesario salir en tetas si el sujetador ya juega con las transparencias.

Rivales es una película dirigida con maestría, con buen gusto y con clase, pero también con ganas de crear una erección inteligente en los pantalones del espectador. Es una película que no se ve necesitada de escenas de sexo clásicas (esas que muestran a los dos protagonistas desnudos haciendo que se bombean mientras respiran de manera agitada), que se las arregla con una crema que se unta por las piernas o con unos abdominales que asoman por una camisa abierta.

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Warner Bros.

Gracias, en gran parte, a ese sentido tan profundo del erotismo, Rivales será una de las películas del año. Por supuesto, por encima de todo está una historia de tenis y rivalidad, pero el centro de todo es siempre la atracción, el deseo, la conquista, y eso lo ha sabido capturar Guadagnino igual de bien en una pista de tenis que lo que ya logró en la Toscana sin necesidad de echar mano de melocotones...