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Hay veces que la "facilidad" de una película puede ir en su contra. Por ejemplo, todo el mundo que haya visto algo de cine iraní lo relacionará con películas lentas, de corte casi documental y de la esfera y estilo de Kiarostami. Y algo parecido podemos decir de Suecia o Rumanía. Pero en Irán o Suecia también hay comedias chorras populares, que llegan a un público amplio local pero no se venden como tal en el extranjero. Solo con ese pensamiento en mente podemos justificar por qué no se habla más de El salario del miedo como una de las mejores películas de la historia del cine francés. En un cine conocido por el vanguardismo, por la Nouvelle Vague, por Godard, por Truffaut..., este soberbio, perfecto, thriller que ya quisiera haber hecho Hollywood ha caído injustamente en el olvido.
Bueno, para todos excepto para los franceses que este año han producido un remake con el mismo nombre y la misma sinopsis que llega a Netflix este 29 de marzo, en plena Semana Santa. A poco que esté bien hecho, no dudamos que funcione pero lo tendrá muy difícil para acercarse a la maravilla que dirigió H.G. Clouzot y protagonizó nada menos que Yves Montand en 1953. La película se llevó tanto la palma de Oro del Festival de Cannes como el Oso de Oro del Festival de Berlín (algo que hoy en día no se podría repetir ya que solo podría participar en uno).
Basada en la novela de Georges Arnaud, la película convierte la denuncia social del proletariado en thriller de la mejor categoría como ninguna otra. Básicamente, a cuatro desesperados trabajadores de una compañía petrolífera les obligan a llevar en camiones a través de Los Andes un cargamento de nitroglicerina. Si alguna vez has pensando que un trabajo era peligroso o debería de tener más medidas de seguridad seguro que no has llegado tan lejos como a pensar en estos pobres diablos que deben conducir camiones gigantes por carreteras rurales de montaña y, si van muy rápido o pillan un bache, explotan.
El resultado es una road movie sobre el compañerismo, la traición, el egoísmo y la conciencia de clases repleta de tensión a cada segundo. Una película, y una trama que nos extraña que no haya quedado más y mejor en la memoria colectiva como la maravilla que es. Conocido también por el clásico policial El cuervo (1943), después de El salario del miedo H.G. Clouzot estrenó nada menos que Las diabólicas (1955), otra obra fundamental e indispensable del cine mundial. Pero por algún lado hay que empezar a hacer justicia, y no se nos ocurre nada mejor como excusa que el hecho de que Netflix haya decidido adornar su cartelera de Semana Santa con su remake para recomendar la versión de 1953 de El salario del miedo en Amazon Prime Video.
