Esquire mayo: Fiebre por la moda, el cine, la música y la aventura

Nos ha quedado un número muy pulp. No es solo que tengamos un pedazo de relato de Andrea Camilleri en este número (no te puedes perder bajo ningún concepto el relato El fantasma en la cabina, publicado por primera vez en castellano), es que en este número tenemos a personajes muy, pero que muy pulp. Además de por lo obvio (guiño, guiño), tenemos a John Travolta como nunca le habías visto antes (que suena a tópico, pero esta vez van en serio). Nos hemos encontrado a un personaje muy pulp que nos ha abierto la puerta de su hangar privado de aviones, su sancta sanctorum, y hablamos de todo, de absolutamente todo, sin dejarnos nada. Charlamos sobre su papel en Carrie (¿se te había olvidado?), de Olivia Newton-John, de cómo la burbuja en la que viven los famosos le ha servido para sobrellevar la pandemia, sobre su legado, sobre su baile viral con su hija en la Super Bowl...

Pero es que también nos hemos sentado con David Bustamante, que prepara un cambio de registro, en una reinvención necesaria veinte años después de comenzar su carrera, y que reflexiona sobre los haters que se acantonan en las redes sociales sin nada mejor que hacer con sus vidas. Uno de nuestros periodistas ha asistido a una ceremonia de consumo de Ayahuasca y otro ha decidido hacer caso a absolutamente todas las recomendaciones que le han hecho aplicaciones y correos electrónicos promocionales.

Además hemos tenido la oportunidad de hacer otro viaje, sin Ayahuasca, por la calle de la memoria con Tom Jones: a Las Vegas de finales de los 60 y principios de los 70, a sus grabaciones más memorables de estudio. Caminamos también hacia la luz con Mafalda, y escuchamos también a las lecciones de vida de Riz Ahmed, la estrella de Sound of metal (venga, no seas calamar y póntela ya en Amazon Prime Video), de Alberto Jiménez, 16 años en la carretera con Miss Caffeina, y Palomo Spain, que no necesita ningún tipo de presentación. Y nos sumergimos, como un detective pulp, en la vida Rita Hayworth, una vida terrible de la que pasa de largo sin hacerle nunca justicia.

Y por supuesto tenemos moda, mucha moda. Tenemos una producción que... bueno, casi mejor vas al kiosko y lo ves con tus propios ojos.