1. Fue creado por Elmer Simms Campbell, el primer afroamericano que publicó sus historias en una revista nacional en EEUU.
  2. Arnold Gingrich, editor y cofundador de Esquire, estaba obsesionado con tener una “mascota” para la revista, pero no encontraba nada que le sedujese. Un día se fue a ver a Simms a su estudio en Harlem con la intención de contratarle y allí vio unos bocetos de un hombrecillo de mirada traviesa entre todos los papeles del dibujante. Le gustó tanto que cogió uno de esos dibujos y se lo llevó a Sam Berman, otro famoso caricaturista, para que hiciera una pequeña escultura a partir de ese dibujo. Y así nació Esky.
  3. Réplicas de esa escultura se pueden encontrar en algunas webs de memorabilia de segunda mano por hasta 600 dólares. La original medía 25 centímetros, pesaba poco más de un kilo y estaba fabricada en resina porcelánica suministrada por una empresa de Ohio. Pintada a mano, valía 90 dólares (no de la época, sino de la actualidad).
  4. Apareció por primera vez en el segundo número de la revista, en enero de 1934, con esmoquin, encaramado a un sombrero de copa, sujetando a un terrier negro con una correa roja e intentando escalar una copa de champagne gigante. ¿Quién no ha tenido alguna vez un sueño así?
  5. Apareció en todas las portadas (todas) hasta octubre de 1961. Al principio como protagonista absoluto (jugando al golf, navegando, yendo de acampada, montando a caballo y, casi siempre, rodeado de mujeres) y poco a poco cediendo terreno hasta convertirse en un simple logo. En noviembre de 1961 Esky fue ascendido: su rostro se convirtió en el punto de la “i” en la cabecera. Tras aparecer de este modo en más de 500 portadas, Esky pasa sus días hoy ya jubilado en el lomo de la revista.
  6. Durante toda su vida en la revista, Esky ha sido autor de algunas de las frases más célebres que se hayan leído en estas páginas: “Se puede conocer a un hombre solo con ver la copa que se prepara”. Amén..
  7. Y es que Esky no solo se limitaba a aparecer en las portadas. A lo largo de las décadas, ha tenido sus propias secciones, como “Backstage with Esky”, su sección de preguntas de los lectores, hacía breves entrevistas e incluso se escribía amplias tribunas donde exponía su versión del mundo. Sabía de todo. Lo que hoy llamaríamos ‘un tertuliano’.
  8. Su sección de pequeñas entrevistas en los años 90 se llamaba “The Idea Monger”, que aquí en España significa una cosa, pero que en inglés significa algo así como “el vendedor de ideas”. Menos mal.
  9. “Toda fiesta, ya sea planeada con semanas de antelación o improvisada en unas pocas horas, debería cumplir un único requisito: ser divertida. Una fiesta es para tus invitados, no para el anfitrión”.
  10. En 2019 Esquire España lo convirtió en un coqueto cojín. Fue el premio que dimos a los Hombres del Año de esa edición (aunque alguno lo perdió en la fiesta posterior). Decenas de famosos aún hoy nos lo piden.
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