El verano se acerca, y los días de sol y playa, y tú todavía no has conseguido perder esos 3 kilitos que cogiste en Navidad. Lo has intentado, sí, a tu manera, con dietas que has abandonado al primer fin de semana, ayuno intermitente de vez en cuando, y ejercicio al caer la tarde que lo único que hacía era abrirte el apetito. Y es que perder esos kilos cuesta, porque además lo que pierdes no se va de donde quieres y siempre te queda esa barriga cervecera que no hay forma de eliminar, o se reduce algo pero como no haces el tratamiento adecuado, te queda la zona tan flácida que no sabes si es peor el remedio que la enfermedad. ¿La solución? Un tratamiento médico estético capaz de, en menos de dos semanas, 12 días exactamente, acabar con un 15% de grasa visceral, la más peligrosa, y un 20% de grasa subcutánea, la que más afea, aumentando el metabolismo un 150%. Hablamos de la octoradiofrecuencia, que reafirma la musculatura, provoca un retensado de la piel y reduce el apetito, mediante la reducción estadísticamente significativa de la leptina en sangre. No hablamos de una dieta milagrosa, y peligrosa, sino de un tratamiento con evidencia científica demostrada. Ideal para “los hombres que tienen la típica barriga cervecera, porque eso es una indicación de que hay concentración de grasa visceral que presiona las vísceras y provoca ese aspecto voluminoso. También para personas que quieren prevenir la acumulación de la grasa, y en general aquellas que quieran un resultado de calidad a nivel estético”, explica Pilar Sánchez, especialista en radiofrecuencia y CEO de Capenergy, tecnología e innovación.

Calienta pero no quema

Mediante “tecnología de radiofrecuencia para calentar la capa de grasa y la dermis, se genera un calor continuo que licúa la grasa intracelular y destruye el adipocito. Solo en 12 días consecutivos, el metabolismo aumenta hasta en un 150% y estimula la combustión de los ácidos grasos. Después de la transferencia de altas dosis de energía, la capa de grasa adelgaza gradualmente, con una reducción promedio de un 20% de grasa subcutánea. Al mismo tiempo, el calor estimula la regeneración del colágeno en la dermis, y las fibras elásticas producen naturalmente una contracción y un estiramiento inmediatos. Reestructura y repara el tejido para disolver la grasa, hasta 2,8 kilos, mejora el aspecto de la piel y esculpe el cuerpo simultáneamente, hasta 5,4 centímetros menos de contorno”, explica Pilar Sánchez. Lo que quiere decir que no hay riesgo de descolgamiento, sino que al contrario, mejora el estado de la piel porque restituye el colágeno viejo (al alcanzar una temperatura de 40-42º que por supuesto nosotros no sentimos porque se produce en el interior de la piel) por un colágeno nuevo, dejando la piel, y los músculos, más tensa y más elástica. También se produce ácido hialurónico y elastina, todo lo que necesita la piel para mantenerse joven y tersa.

Inflamación bajo control

Belleza y salud siempre deben ir de la mano, y disminuir la inflamación tiene muchos beneficios para nuestro organismo. “Hemos sometido a 54 pacientes a pruebas de extracción de sangre y resonancia magnética en las que hemos medido los componentes que el cuerpo segrega cuando es sometido a algún tipo de estímulo que pueda ser peligroso. Estas sustancias se llaman citoquinas inflamatorias y las más conocidas son la proteína C reactiva, la interleuquina 6, y el túmoro necrosis factor, y cuando hay un peligro se elevan. Hemos podido comprobar que no solo no suben las citoquinas inflamatorias, sino que bajan, con lo cual puede ser también una ayuda importante para mantener la inflamación crónica de bajo grado controlada”, explica Pilar Sánchez. Sin olvidar que una reducción del 20% de grasa subcutánea más un 15% de visceral mejora la salud cardiovascular en general, lo que permite mejorar el trastorno metabólico. Disminuye el colesterol y los triglicéridos.

Adiós a la barriga cervecera para siempre, si tú quieres

La disminución de contorno se mantiene en el tiempo por la reducción de leptina en sangre. La leptina es una hormona del apetito que, al reducirla, ingerimos menos alimentos al encontrarnos más fácilmente saciados. Hasta ahora, solo se había conseguido este efecto con fármacos, como ozempic, la incyección quemagrasa. Esta es una de las razones por las que la pérdida de grasa continúa después del tratamiento. “En el segundo estudio que hemos realizado hemos visto que combinando la aplicación del dispositivo con ejercicio suave podemos ver que la grasa visceral sigue descendiendo aun a seis meses vista. Sin embargo esto es como todo en la vida, si nos excedemos y no utilizamos esta oportunidad para adquirir hábitos nuevos, no importa lo que se haga, la persona volverá a engordar. Aunque al reducir la leptina, la hormona del hambre, generamos una sensación de saciedad que hace que se coma menos y esto ayuda a controlar mejor el cambio de hábitos”, confirma Pilar Sánchez.

Solo necesitas disponer de una hora y media durante un par de semanas para decir adiós a la barriga cervecera y lucir tableta este verano. “Este tipo de barriga, las barrigas cerveceras, se generan por la presión que ejerce la grasa visceral internamente sobre los órganos. Si eliminamos esta grasa, las vísceras vuelven a su cavidad, y el abdomen se aplana. Será el efecto mecánico fisiológico de reducir la grasa interna la que acabe con esa barriga cervecera sin hacer nada. Sin embargo por supuesto que es recomendable combinar la aplicación de este dispositivo con unas medidas higiénico dietéticas y de vida saludables”, dice Pilar.

El tratamiento es sencillo y agradable, se colocan unas placas sobre las áreas donde se acumula grasa, flancos, cintura, abdomen, y se fijan con vendas elásticas. En el área lumbar se colocan 2 placas metálicas para que circule la energía. “Esto es lo que estimula, de forma intensa, la lipólisis, tanto subcutánea como visceral”.

Grasa visceral, un problema de salud más allá de la belleza

El aumento de grasa visceral se asocia con el estilo de vida, básicamente por falta de actividad física y una mala alimentación. Pero también es cierto que se da por factores genéticos, edad y desequilibrios hormonales, sí, en hombres también juegan las hormonas, sobre todo a partir de los 40 años, que descienden los niveles de testosterona y con ella la masa muscular aumentando la grasa. Incluso con el estrés. El cortisol es una hormona que suele aumentar en situaciones de estrés, lo que contribuye a su vez con la acumulación de la grasa visceral. Este tipo específico de grasa se manifiesta en mayor volumen en el área del abdomen muy por debajo de la piel. Mucho más peligrosa que la subcutánea, se concentra alrededor de órganos vitales como el hígado, la vesícula, el páncreas y el intestino, entre otros. Las investigaciones demuestran que la grasa visceral está más asociada con factores de riesgo como resistencia a la insulina, metabólicos, diabetes, hipertensión arterial, alteraciones gastrointestinales.

Factores por los que acumulamos grasa visceral

  • Alimentación. Una dieta alta en grasas, harinas refinadas y carbohidratos contribuye en gran medida a la acumulación de tejido adiposo.
  • Sedentarismo. Si no se realiza mucha actividad física, los carbohidratos no son aprovechados como fuente de energía, sino que se acumulan. Y no lo hacen solo de manera subcutánea, también como grasa visceral.
  • Edad y metabolismo. A medida que cumplimos años perdemos masa muscular y ganamos tejido adiposo. A esto también se suma el hecho de que cambia el metabolismo y la forma en cómo el cuerpo quema calorías.
  • Problemas del sueño. Evidencias recientes apuntan a que existe una relación entre cantidad y calidad de sueño y propensión al sobrepeso y la obesidad.
  • Altos niveles de cortisol. Esta hormona guarda relación con las concentraciones de azúcar y el metabolismo en general. El cortisol suele aumentar en situaciones de estrés, lo que contribuye a su vez con la acumulación de la grasa visceral.
  • Genética. Esta también predispone a las personas a acumular más grasa visceral, incluso en quienes no presentan sobrepeso.

El exceso de grasa subcutánea es menos mala pero más fea

La grasa subcutánea forma parte de la capa más interna de la piel junto con los tejidos conectivos. Esta capa interna de la piel, hipodermis, ayuda a regular la temperatura corporal. La cantidad de grasa subcutánea de cada uno es exclusiva de la composición genética individual. Si bien tiene varias funciones esenciales para el organismo, cuando ésta se encuentra en exceso es perjudicial para la salud. La grasa subcutánea aporta un aspecto blando, lo que vuelve el contorno antiestético. Es normal querer conseguir una figura más tonificada y atlética. “La presencia de la famosa tableta es la hipertrofia de los músculos rectos abdominales, es decir están marcados porque están tonificados. El equipo quitará la grasa subcutánea y visceral y hará que el músculo aflore, pero necesitamos tener ese músculo trabajado, con lo cual personas que ya tengan un buen tono físico podrán dar visibilidad a ese músculo. Aquellas que no han hecho deporte antes necesitarán hacer ejercicio para conseguir sacar el efecto tableta, pero la ventaja que tiene la octoradiofrecuencia es que reduce la grasa interna y subcutánea que es la que afea, la que hace el colchón entre músculo y piel, entonces el músculo queda más aflorado”, concluye Pilar.