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Hoy se cumplen 55 años de la muerte del Che, 55 años en que su imagen ha permanecido inmutable, como si no pasara el tiempo. Pero el tiempo sí ha pasado y el resto de cosas sí cambian. Tanto, que si Ernesto Guevara volviera a la vida y desempolvara su boina, se encontraría muchas cosas le que harían morirse de nuevo, pero de un parraque.
Y no solo nos referimos a acontecimientos sociales o a cambios en las conductas que él defendía, sino, sobre todo, al tratamiento de su propia imagen, una de las más explotadas en todos los sentidos del último siglo. Con todos los respetos, ahí va nuestra aportación al sacrilegio:
Para equilibrar este martirio al que hemos sometido a una de las figuras más trascendentales del siglo XX, os proponemos la lectura de este reportaje con declaraciones exclusivas de su hermano menor, que arrojan luz sobre la persona que se escondía detrás del mito.
