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Sucedió en marzo, en plena Semana de la Moda de París. La crisis sanitaria por coronavirus llegó sin previo aviso paralizando sectores enteros, y entre ellos el de la moda. Se avecinaban meses de introspección y, para qué negarlo, difíciles. Pero eso no ha impedido que marcas grandes y pequeñas se volcasen a ayudar a los sanitarios y que los diseñadores continuasen trabajando en sus colecciones para la primavera-verano 2021. Con julio llegó la nueva normalidad, que obligó a las Fashion Week internacionales a reinventarse de manera virtual, abriendo así nuevas posibilidades para las presentaciones de las colecciones para hombre.
Seis meses después, la moda vuelve a llamar a nuestra puerta y Madrid, acostumbrada a tener su semana grande en julio, ha tenido que aplazar su cita a septiembre. Todo este tiempo ha servido a los diseñadores españoles para poner el freno, pensar y centrarse en la en la sostenibiliad y el slow fashion, ejes centrales de Madrid es Moda. Bajo el marco, charlamos con Oteyza, Duarte y García Madrid, para que nos cuenten cómo la sastrería masculina y, en especial el traje, es la propuesta más moderna y sostenible para el hombre.
La primavera del hombre
Tras varios meses en los que nuestro armario se ha visto reducido al loungewear y las zapatillas, nos apetece volver a arreglarnos, a salir a la calle de la mejor guisa y descubrir nuevas propuestas. Preguntamos a los diseñadores sobre las tendencias que traen con sus colecciones primavera-verano 2021.
Paul García de Oteyza y Caterina Pañeda, cofundadores de Oteyza, nos desvelan que con su última colección titulada Zagal, ha sido: "Un ejercicio muy interesante de introspección. Hemos refundado nuestros propios de códigos de vestimenta masculinos y formulado una nueva identidad. Hemos encontrado mucha riqueza y muchas vías de desarrollo a nuestras creaciones que no las teníamos previstas". Entre las prendas de la colección, Caterina Pañeda nos cuenta que han introducido una falda llamada 'Calza': "proviene de un capote desestructurado y ahora lo hemos montado sobre un pantalón, que además tiene cola porque lleva un polisón".
Sin embargo, para otras marcas como Duarte, la crisis del Covid-19 ha supuesto un cambio de estrategia a la hora de presentar sus novedades. Para la temporada otoño-invierno han optado por lanzar pequeñas cápsulas, similares a los drops en el streetwear, y en enero retomar la presentación habitual con desfile. El fundador de la marca, Carlos Duarte, nos explica que esto se debe a que "hemos tenido un parón. En París no se pudo hacer la campaña de ventas, que es donde tenemos nuestro showroom comercial. El 80% de los compradores cancelaron sus visitas".
Del mismo modo, Manuel García nos explica que en su firma de sastrería, García Madrid, han optado por mostrar la colección que ya está en tiendas. "Está inspirada en la sastrería pero mucho más urbana. Nosotros lo llamamos sport tailoring, es una sastrería menos rígida, menos protocolaria. Es una colección muy fresca, combinada con elementos deportivos. Monopatines, raquetas, cintas de tenis… hemos buscado un punto estilístico más desenfadado", nos cuenta. El fundador también nos confiesa que la marca ha notado el parón de la Covid-19. "Hemos campeado la situación eliminando gastos que antes eran menores y que ahora hay que prescindir de ellos. Seguimos invirtiendo en visibilidad, en que no se olviden de nosotros".
La sastrería, una expresión del slow fashion
La sastrería es una de las mayores expresiones de la moda masculina, un ritual artesano que a penas ha cambiado y que, sin embargo, estos diseñadores consiguen reinventar temporada tras temporada. ¿Cómo lo hacen?
Para Oteyza, "Los patrones son la modernidad y la calidad es lo que te da la tradición. Nuestras chaquetas parten de una tradición sastrera clásica, pero los acabados y los cortes son de una modernidad que están a día de hoy compitiendo con los grandes en París". Caterina añade que: "La sastrería es artesanía. Es una de sus máximas, el hacer las cosas poco a poco, con la máxima calidad y un empleo de horas infinito. Es verdad que no es muy propio para estos tiempos más cortos, pero también es una forma de producir menos, con más calidad".
Manuel García nos cuenta que, en el caso de su firma: "Hay una parte artesana en la que una máquina no puede suplir a la persona humana. Hay personas que cosen, que elaboran nuestras prendas. Esa es la artesanía". Al mismo tiempo, la modernidad es una necesidad en García Madrid. "Creé la marca porque yo como cliente sólo encontraba el traje que se compraría mi padre o mi abuelo. Nosotros intentamos llegar a ese público que como yo no se sentía reflejado en las tiendas. Ofrecemos algo más contemporáneo, urbano".
En el caso de Duarte, la tradición de la sastrería combina con el slow fashion especialmente en las telas que utilizan. " Las telas son mucho más finas, mezclas con cachemira, lanas vírgenes pero con tratamientos ligeros. En nuestra sastrería las hemos actualizado la mezcla de tejidos con el tencell biodegradable, nylon en diferentes acabados, poliéster reciclado… La idea es que el traje deje de verse como una pieza obligatoria, y sea apetecible", nos cuenta Carlos Duarte.
La atemporalidad del traje
El 2020 es un año atípico en muchos sentidos, pero especialmente porque, por primera vez en mucho tiempo, la moda ha echado el freno. Pero hasta hace poco, el ritmo del fast fashion ha contrastado con la sastrería, que ha sobrevivido en su burbuja temporal. Conjeturamos con los diseñadores sobre el motivo detrás de este fenómeno.
Buscamos dirigirlo hacia una nueva identidad masculina, y eso es lo bonito y lo difícil. - Paul García de Oteyza
"Creo que en los tiempos que vivimos, el comprar piezas más atemporales te va a permitir ser más selectivo, que puedas usar esa prenda no en un espacio corto de tiempo sino que la puedas seguir repitiendo", nos comparte Carlos Duarte. El CEO de la marca que lleva su apellido también explica que el traje sobrevive porque: "Realza el cuerpo del hombre. Es una prenda que la puedes usar de la mañana a la noche. Lo que la hace distinta es la tela y el patronaje. Así es como diferenciamos nuestro producto, y creemos que hemos podido pasar esa barrera del menor uso del traje en el día a día".
Paul García de Oteyza nos explica que: "el vestir formal del hombre no ha evolucionado en los últimos 200 años, se ha quedado en tierra de nadie. En Oteyza lo que hemos querido hacer es dirigirnos a esas personas y conducirlos a un cambio no tan brusco, con masculinidad, creatividad, elegancia… hacia una nueva identidad masculina. Y eso es lo bonito y lo difícil".
Por su parte, Manuel García nos comparte que: "Hoy en día la sastrería está viviendo un resurgimiento. Mi generación es la que ha hecho el cambio dentro de la sastrería, acercándola a un público joven. Creo que todo lo bien elaborado, lo que sienta bien y lo bonito, nunca pasa de moda. No tiene nada que ver con la 'democratización de la moda' con la que nos venden el 'usar y tirar'. Para nosotros eso no existe, y si nuestras prendas fueran así estaría totalmente defraudado".
Un futuro sostenible
Por muy incierto que el futuro se nos plantee, no queda otra que mirar hacia delante y seguir trabajando eso sí, con todo lo aprendido en este tiempo. Las marcas han visto un reto y una oportunidad en la sostenibilidad y en la innovación. Descubrimos qué proyectos ha suscitado este nuevo paradigma en la moda para hombre.
La firma de sastrería Duarte ha buscado su propia manera de combatir el virus y lo ha hecho directamente desde las telas. "Los trajes de nuestra Capsule Collection 01 incluirán un tratamiento antiviral que inactiva todos los microorganismos, incluido el Covid-19, en una tasa superior al 90%. Hemos llegado a un acuerdo con una fábrica textil portuguesa, TMG Textil, que ha desarrollado junto a una universidad inglesa la tecnología BI-OME, que destruye las células de los microorganismos. Sumergimos la prenda en ese líquido y la protección es de por vida. Hasta puedes lavar las prendas a 110 grados".
En el caso de Oteyza, el proyecto en el que continúan trabajando es salvar la oveja merina de la extinción. Caterina Pañeda nos cuenta que: "hemos con la Asociación de Criadores de Ganado Merino y el Ministerio de Agricultura, en un proyecto de recuperación de las cabañas lanares. Nos gustaría tener las cabañas y los rebaños, poder tener esos tejidos más sostenibles y controlar todo el proceso de producción. Se lo seguiremos pidiendo a los Reyes Magos (risas) porque es bastante complicado".
Pero el compromiso con el slow fashion puede tener diferentes tonalidades, y es por ello que en García Madrid se han centrado en controlar toda la cadena de producción. "El equipo siempre tiene que estar contratado, nadie trabaja gratis y no permitimos subcontratar a nuestros proveedores. Tenemos una producción de cercanía la colección de otoño ya estaba lanzada, pero entendemos que nuestros proveedores tienen que vivir y no les vamos a decir 'oye, te voy a dejar tirado'. Eso también es slow fashion, pensar en el equipo que trabaja contigo todo el año".
Madrid es Moda
Más allá del armario masculino, la sastrería o las tendencias, hay un elemento que une a estas tres firmas: Madrid. La capital tiene una relación especial con la moda y estos diseñadores se sienten verdaderos embajadores.
En el caso de Oteyza, este título es oficial. "Esta año somos embajadores de Madrid Capital de Moda. Hemos sido los primeros en representar a nuestra ciudad en París, en la Semana de la Moda más importante del mundo. Se trata de un proyecto internacional con el ayuntamiento de Madrid", nos explica Caterina. Pero más allá del formalismo, Paul añade que: "Madrid es nuestra ciudad, la que nos ha acogido y en la que hemos vivido y yo creo que se merece estar al más alto nivel. En lo que podamos ayudar, aquí estaremos."
Duarte ha encontrado en la capital todo lo que una firma independiente necesita. "Madrid tiene muchas plataformas para hacer un buen trabajo, ya sea a través de la MBFW, de Madrid es Moda, la Asociación de Creadores de Moda… Tenemos muchos soportes, aunque quizás es cierto que necesitamos un poco más de ayuda. Es además una ciudad donde la ropa es importante, a los madrileños les gusta vestir bien y donde tienes un abanico de marcas y tiendas para elegir."
Por su parte, Manuel de García Madrid lo tiene claro: "Es la ciudad en la que vivo. Soy de Jaén pero Madrid tiene algo súper importante que es la acogida. Cuando vas por la calle, puedes ser de cualquier parte, pero tienes la posibilidad de salir solo y terminar con un montón de gente. Y es el vivirla, porque es una ciudad en la que se vive la calle. Sólo nos falta la playa".
