Las mejores películas de Amazon Prime Video
De todos los géneros, todas las épocas y países... Estas son las grandes joyas de la plataforma.
Amazon Prime Video tiene, cada vez más, un catálogo inmenso. Más allá de Filmin, refugio de las mayores joyas cinematográficas, una de las mejores cosas del servicio streaming de Amazon es su cantidad de joyas cinematográficas de todas las épocas y nacionalidades. Como puede que estas obras maestras, unas más conocidas que otras, queden algo enterradas entre tanto título y novedad, aquí te seleccionamos las mejores películas que puedes ver en la plataforma.
'Ciudadano Kane' (Orson Welles, 1941)
No podíamos empezar por otra. El debut de Orson Welles ha sido considerado durante décadas como la mejor película de todos los tiempos, y no es una casualidad. Welles se acerca a la vida de este magnate de la prensa como un misterio lleno de acidez y soledad. De paso, revolucionó el cine americano con su uso de la profundidad de campo, los ángulos contrapicados, las transiciones de montaje y una cámara en continúa inventiva. Rosebud, en definitiva.
'El padrino' (Francis Ford Coppola, 1974)
Por mucho Ciudadano Kane que haya, el título de mejor película de todos los tiempos siempre será popularmente este clásico mafioso de Coppola. Al pacino, John Cazale, Robert Duvall, James Caan, Diana Keaton y, sobre todo, Marlon Brando ponen cara a esta película perfecta, llena de secuencias y frases legendarias que, entre muertes y venganzas, nos conquista con la música de Nino Rota y la legendaria fotografía en sombra de Gordon Willis.
El gran Dictador (Charles Chaplin, 1940)
Charles Chaplin hizo historia como el mayor icono del cine mudo. Su capacidad emocional y su maestría del gag físico sin indudables. Pero es que cuando se puso a hablar hizo esto. Interpretando a un barbero judío y a una parodia de Hitler, Chaplin luchó con sus armas, humor y humanidad, contra el Nazismo. Demostró que no solo podía hablar, sino que tampoco había nadie mejor que él en eso.
El séptimo sello (Ingmar Bergman, 1957)
Pocas películas son más legendarias que esta, y no solo por el continuo homenaje que le hace Woody Allen, sino porque poco hay más interesante que comenzar una película con el protagonista retando a la muerte a una partida de ajedrez. El sueco da rienda suelta a sus dudas existenciales, pero lo hace a través de un relato medieval con tono de cuento de hadas en el que caben sonrisas de juglares y muertos por la peste. Una historia ambigua, intrigante, eterna y única que costará sacar de la lista de mejores obras de toda la historia del cine.
Indiana Jones en busca del Arca perdida (Steven Spielberg, 1981)
No podíamos dejar de recordar que, en Amazon Prime, puedes ver todas las películas de Indiana Jones, pero hay que empezar por el principio. Spielberg y Harrison Ford crearon al profesor universitario y arqueólogo más carismático de la historia, le dieron un látigo, un sombrero vaquero y lo pusieron a correr tras una enorme piedra. La música de John Williams puso la guinda a una de las películas de aventuras más apasionantes de la historia del cine. Lo único malo..., que engañó a muchos para estudiar arqueología creyendo que “manejo de látigo” se enseñaba en el primer curso.
Reservoir Dogs (Quentin Tarantino, 1992)
La ópera prima de Quentin Tarantino no necesitó más que una habitación, unos señores con traje y un poco de sangre falsa para crear una de las películas más populares y aclamadas de todos los tiempos. Todo el genio del director de Pulp Fiction ya estaba aquí. Desde la conversación de las propinas hasta el baile corta orejas, hay pocas cosas mejores que acompañar a estos señores con nombre de color a través de su catastrófica jornada.
Sonatine (Takeshi Kitano, 1993)
¿Os acordáis de Takeshi de Humor amarillo? Pues resulta que además de showman, es uno de los mejores cineastas del Japón moderno. Sonatine es una de sus obras maestras, un cuento de gánster. violento y crepuscular. en el que el propio Kitano es el protagonista.
La canción del mar (Tomm Moore, 2014)
Entre Ghibli, Disney y Pixar, es muy difícil que un animador europeo consiga situar una de sus obras como un clásico contemporáneo de la animación. El secreto del libro de Kells y, sobre todo, La canción del mar hacen que el irlandés Tomm Moore sea ese artista que estábamos buscando. Adecuada e igual de apasionante para toda la familia, cuenta la historia de un niño, en busca de su madre desaparecida, que guarda una profunda conexión con el mar. Un acierto seguro para aquellos que buscan una moderna y más poética historia de La sirenita.
El gran Lebowski (Joel Coen, 1998)
¿Qué sería de nosotros si El Nota no fuese uno de nuestros referentes vitales? El personaje de Jeff Bridges se convirtió en un icono tan extendido que a veces olvidamos la maravillosa historia de misterio que rodea a la película. Todo nace de una simple repetición de nombres y acaba como una reinvención de los tópicos del cine negro llena de momentazos, entre ellos el de Jesús (John Turturro) haciendo un pleno, la mar de sexy, a los bolos.
Érase una vez en América (Sergio Leone, 1984)
Dicen que Sergio Leone murió de complicaciones cardiacas derivadas, de su disputa con Warner Bros., al ver como la película que le había costado una década preparar perdió una hora de duración sin su consentimiento. Eso sí, nos quedaron los nada despreciables 225 minutos de la historia del ascenso y caída de un grupo de amigos mafiosos. Lo mejor, sin embargo, son cada una de las secuencias que narran su infancia por los inconfundibles callejones de Manhattan.
Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976)
Si algo ha demostrado el éxito de Joker es lo viva que está la escalada de violencia urbana que ya anunciaba el mítico título de Scorsese. Puedo que Rocky le quitase el Oscar pero la historia de este taxista alienado, que ve porno en la primera cita y salva a menores de la prostitución, sigue absorbiendo cual paseo nocturno por Nueva York. Y sí, te estoy hablando a ti ¡qué pasa!
Your Name (Makoto Shinkai, 2016)
El anime más taquillero de la historia fue un éxito en todo el mundo sin precedentes para el género. Antes de que hagan el remake americano en Live-action (como parece que se llama ahora la realidad) podemos disfrutar en Prime (y perderle el miedo de una vez al anime) de esta historia de amor fantástica a través del tiempo, una fascinante aventura llena de emoción, intriga y asombrosas imágenes.
'Apocalypse Now' (Francis Ford Coppola, 1979)
Robert Duvall, Marlon Brando y Coppola también tuvieron tiempo, después de El padrino, para crear la película bélica más magistral de todos los tiempos. Hay muchas, pero ninguna comparable a la personalidad, la poesía y la oscuridad que desprende este viaje hacia la locura. Ninguna otra se adentra, más allá de las muertes y los disparos, en la psique mental del horror de la guerra como Apocalypse Now.
'Celebración' (Thomas Vinterberg, 1998)
A veces un gran nombre oculta a muchos otros y lo cierto es que cuando hablamos de Dogma nos limitamos en exceso a Lars Von Trier. Susanne Bier (A ciegas) y Thomas Vinterberg son los otros dos grandes autores de este revolucionario y radical movimiento danés. Hablamos del título más redondo de esta corriente llena de prohibiciones para evitar el artificio, una reunión familiar que se convierte en un caos lleno de oscuros secretos.
'El reverendo' (Paul Schrader, 2017)
Vamos con algo más actual. Que no se te escape El reverendo, una de las películas más particulares del cine americano de los últimos años y, probablemente, el mejor guion de Schrader en solitario (guionista de Scorsese en títulos como Toro salvaje y Taxi Driver). Ethan Hawke está mejor que nunca en su interpretación de este reverendo, enfermo terminal, que decidirá enfrentarse al sistema en plan Greta Thungberg con alzacuellos. Por el camino se enamora de Amanda Seyfried y nos recuerda al cine de Andrei Tarkovski, todo en uno.
'El show de Truman' (Peter Weir, 1998)
Probablemente la hayas visto mil veces, pero nunca es mal momento para volver a ver a Truman decirnos eso de "Por si no nos vemos luego, buenos días, buenas tardes y buenas noches". El infravalorado Peter Weir nos entregó el título en el que mejor conviven el Carrey cómico y el existencialista depresivo en medio de una crítica a los medios y a la falta de privacidad que, cada año que pasa, es más realista.
'El silencio de los corderos' (Jonathan Demme, 1991)
Si estás solo y a oscuras en tu casa, ver esta película corre por tu cuenta y riesgo. Jonathan Demme se mereció mayores reconocimientos a lo largo de su carrera, pero al menos su talento alcanzó al gran público con este mítico thriller encabezado por Anthony Hopkins y Jodie Foster, en dos de las interpretaciones más excepcionales que se recuerdan. Cada minuto que se enfrentan sus miradas es oro para nuestros ojos y tensión para nuestro pecho, pero nada como la insuperable secuencia final, con el montaje paralelo más inteligentemente utilizado que podemos recordar.
'La evasión' (Jacques Becker, 1960)
La cosa va de cárceles y para ver cómo escapar de ella sin que te pillen nada mejor que este conocido clásico francés. Cuenta la historia de cuatro compañeros de celda que llevan mucho tiempo elaborando un plan de fuga pero, justo antes de hacerlo, llega un nuevo prisionero del que no se pueden fiar. Toda una clase de tensión en una misma estancia que, además del plan de fuga, va sobra la amistad, el egoísmo y la traición.
'La huella' (Joseph L. Mankiewicz, 1972)
Si te gustan las películas tipo Cluedo, has soportado Criminales en el mar y disfrutado con Puñales por la espalda, aquí tienes la madre de todas ellas. Un escritor de novelas de misterio invita a su casa al joven amante de su mujer, juntos crean un plan de engaños sucesivos continuamente sorprendentes e imaginativos. Adaptación de la obra teatral de Anthony Shaffer, los diálogos cobran otra dimensión en manos de dos titanes de la interpretación británica como Sir Michael Caine y Sir Laurence Olivier.
'Los Goonies' (Richard Donner, 1985)
Paradigma del cine de los ochenta y de cualquier aventura infantil posterior (desde Super 8 hasta Stranger Things o It), este clásico no ha perdido un ápice de diversión y encanto. Cine de aventuras, puro y duro, con mucho humor, originalidad y simpatía. Bueno, y el meneito de Gordi, eso siempre.
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