Juego de roles llegó a Amazon Prime Video el pasado 12 de enero, por lo que muchos espectadores ya se han adentrado en este, valga la redundancia, cambio de roles de Kaley Cuoco. Por supuesto, algunos ya vieron el trabajo de Cuoco en la serie de HBO The Flight Attendant, más que suficiente para enseñarnos que podía ser más que la Penny de The Big Bang Theory. Sin embargo, la propia Kaley Cuoco confesó durante la promoción que, viniendo de comedias, le pesó demasiado el hecho de rodar una serie dramática al mismo tiempo que, en su vida personal, sufría por su segundo divorcio. Entendemos que el resultado de este camino dubitativo es este salto al cine (o al telefilme) de Cuoco en una película que despista mucho. El principal problema es que creemos que la más despistada es la propia película.

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Cuoco siempre será recordada como la vecina rubia sexy de The Big Bang Theory, un papel al que le dio carisma y profundidad, pero que no deja de ser un arquetipo muy claro equivalente al de los científicos nerd que la acompañaban. Como su título original aclara mejor, Role Play parte de una promesa algo sexual. Un matrimonio aburrido decide dejar a un lado el disfraz cutre de enfermerita y médico, y pasar a crearse nuevas identidades, y conocerse en el bar de un lujoso hotel. Para esta escena, Cuoco se pone pelirroja y un vestido negro ajustado a lo femme fatale. Un contraste al rubio desaliñado de ropas anchas que lleva en el lado más familiar, de madre de dos hijos, del resto de la película.

Pero Juego de roles tiene otra vuelta, otra que siempre recordamos por Sr. y Sra. Smith y que muy recientemente también hemos visto con Ana de Armas y Chris Evans en Ghosting. Cuoco en realidad es una asesina, y el fin de su anonimato la pone en peligro a ella y a su familia. Aquí aparece la tercera Cuoco, vestida con pantalones, chupa y pelo recogido, la heroína de acción que tanto y tan bien sirvió a la transición de otras sex symbols rubias como Charlize Theron y Scarlett Johansson.

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El problema de Juego de roles es que, en esta dinámica de cambio de género, de cambio de roles y estilo de su protagonista y estrella, nos sentimos como su confundido marido (encarnado por Daniel Oyelowo). Con Bill Nighy y Connie Nielsen como esporádicos secundarios y lo mejor de la película, da la impresión de que las partes de Juego de roles son más que una suma que no acaba de casar. La película parece tener toques de comedia romántica, pero no hay ningún gag que haga reír. También promete drama y lo cierto es que roza el ridículo, por inverosímil, poco trabajo y simplón, en este aspectos. Llega, finalmente, el género de acción y es que al fin y al cabo la protagonista es "la mejor asesina del mundo". Aquí, lo sentimos mucho, hemos visto cortos universitarios con escenas de acción más brillantes.

Juego de roles no es el gran salto al cine de acción de Cuoco, ni tampoco una de sus mejores comedias o una demostración de su potencial dramático. Quizás su problema sea haber hecho demasiado honor a su título, y haber jugado en exceso con unos roles que nunca se sienten cómo la verdadera apuesta e identidad de la película. Eso sí, si la cinta acaba siendo un pasatiempo decente cualquier noche tonta es gracias a Cuoco, una actriz que quizás tenga la versatilidad para hacerlo todo. Eso sí, no todo a la vez.

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