Cualquier motivo es bueno para escribir sobre el actor estadounidense Chuck Norris (10 de marzo de 1940). En serio. Porque Chuck Norris (Carlos Ray Norris) no tiene secretos: no te va a dar ninguna sorpresa desagradable del estilo de Bill Cosby o Harvey Weinstein o C.K. Lewis. Sabemos que es republicano, lo que, bueno, es un defecto como cualquier otro (más justificable en la era pre-Trump y pre-Bush). Por supuesto conocemos todos sus títulos deportivos. Sabemos que es cinturón negro octavo dan de Tae Kwon Do (de hecho fue el primer deportista occidental en conseguirlo). Sabemos que es un tipo religioso, con lo que no tenemos ningún problema aunque no comulguemos con su cosmología. Sabemos que ha actuado en 34 películas (cinco de ellas telefilmes) y cinco series de televisión. Sabemos también que no le sentó especialmente bien todo aquello que se inventó un universitario, Ian Spector, en los albures de la memecracia, los famosos Hechos sobre Chuck Norris, hasta el punto de que le demandó a él y a la editorial que publicó una recopilación de las mejores ocurrencias.

Sabemos también que entre esas mejores ocurrencias se encontraban joyas como que Chuck Norris ha contado hasta el infinito... dos veces. O como que en letra pequeña de la última página del Libro Guinness de los Récords Mundiales, se señala que todos los récords mundiales están en manos de Chuck Norris, y que los que figuran en el libro son simplemente lo más cerca que nadie más se ha acercado. O como que la Gran Muralla China fue creada originalmente para mantener a Chuck Norris fuera y no lo consiguió. O como que Chuck Norris vendió su alma al diablo para tener ese aspecto de tipo duro y esa inigualable capacidad para las artes marciales y que poco después de finalizada la transacción, Chuck le dio una patada en la cara al demonio y éste le devolvió el alma. Bueno, te haces una idea.

Pero es que es más: sabemos también que luego retiró la demanda porque tampoco era para tanto. Y hasta sabemos cuál era su Hecho favorito: "Cuando el hombre del saco se va a dormir, mira antes en el armario para asegurarse de que no está Chuck Norris". Lo sabemos porque lo ha contado en unas cuantas entrevistas desde que se congració con su yo-meme.

Sabemos también que Chuck Norris no está muerto. Y sabemos también que es una duda-búsqueda muy habitual en Google que da como resultado que el que está muerto no es Chuck Norris, nuestro Chuck Norris, sino el Chuck Norris mexicano, el actor Mario Almada, que dejó el mundo de los vivos a la provecta edad de 94 años.

Y hay más. Sabemos por el propio Chuck Norris quién habría ganado en una pelea si se hubieran enfrentado él y Bruce Lee en la vida real y no sólo en el cine:

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Porque la carrera de Chuck Norris está tan estrechamente ligada a la de Bruce Lee, que fue éste quien le dio su primera oportunidad en un pequeño papel en La mansión de los siete placeres, una película protagonizada por Dean Martin. Lee era el coordinador de especialistas. A partir de ahí surgió la oportunidad de convertirse en Colt, el villano de La furia del Dragón y de protagonizar el mítico combate en el Coliseo Romano. Porque Chuck Norris además es honrado: sabe quién le dio su primera oportunidad en el cine y de qué forma pasará a la historia. Nosotros hemos querido hacerle un pequeño homenaje recuperando cinco de sus peleas más icónicas en cine y televisión. Por aquello de contribuir a nutrir las hemerotecas del futuro. ¡Hola, lector, de 3455! En estas cosas nos entreteníamos en 2022.