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Netflix ya ha estrenado la primera temporada de una de sus series más esperadas del año. Al menos nosotros ya la hemos visto y os hemos analizado el final de esta primera temporada de El problema de los 3 cuerpos. Una de las claves de la nueva serie de los creadores de Juego de tronos, David Benioff y D.B Weiss, era cómo adaptaban la novela de Cixin Liu. Y sí, también dijimos que el gran error de El problema de los 3 cuerpos eran sus nuevos personajes. Eso sí, confiamos que estos cambios y libertades de la adaptación vayan a mejor en El problema de los 3 cuerpos temporada 2. Continuación que todavía tiene que confirmarse según el éxito de la serie pero que parece evidente.
B DE BOLSILLO Trilogía de los Tres Cuerpos (estuche con: El problema de los tres cuerpos | El bosque oscuro | El fin de la muerte)
B DE BOLSILLO Trilogía de los Tres Cuerpos (estuche con: El problema de los tres cuerpos | El bosque oscuro | El fin de la muerte)
Hablando de ciencia ficción, de problemas matemáticos y de las virtudes y defectos de esta historia interplanetaria sobre la ciencia, la distancia a años luz y demás, nos hemos olvidado de otra cosa importante. Sí, hace poco os decíamos que El problema de los 3 cuerpos también cita directamente a Oppenheimer, pero lo cierto es que no veíamos un drama romántico tan original tecnológicamente hablando desde Olvídate de mí. Aunque las nuevas tramas de los personajes no han enamorado a los fans de la novela como las originales y hemos de decir que nosotros también le vemos poco sentido a la mayoría (por ahora especialmente a la de Auggie y Saul), sí hay un par de cosas bien. Bueno, quizás sea una y es Will Downing.
Enfermo de cáncer, Will se enfrenta al final de una vida que ha desperdiciado por cobardía, por falta de fe. Era un alumno brillante que se rindió al no creerse suficientemente importante; era un hombre enamorado que nunca se atrevió a dar el paso hasta ser ya demasiado tarde. La mirada y el amor de Will hacia Jin es el mejor aporte original de la serie y es una subtrama romántica realmente rica... y única en una serie que ha fallado bastante en dotar de emoción a sus personajes más allá de la trama general de ciencia ficción. La enfermedad de Will y el amor y la pena de sus amigos hacia la noticia se siente real, se sostiene por sí sola más allá de la trama de ciencia ficción, de las ideas locas tecnológicas y de los San-Ti. Mientras que Da Shi es un padre soltero, Saul y Auggie no parecen encajar y Ye Wenjie tuvo mala suerte con unos romances bastante fríos, la historia de Will y Jin es de lo mejor de la temporada 1 de El problema de los 3 cuerpos.
La incapacidad de Will para declararse seguida por la dignidad de negarse a ello tras conocer su enfermedad para no hacerle a su amor más difícil la vida es tan notable como el retrato de una Jin que no se entera de lo que resulta evidente para todos sus amigos. Pero no olvidemos que El problema de los 3 cuerpos es una historia de ciencia ficción y esta tragedia amorosa se dispara gracias a ello. Jin solo se da cuenta de que Will la ama una vez que ha muerto. Bueno, no ha muerto, ha decidido congelar su cerebro para ser enviado en una sonda al espacio y allí, quizás, hacer contacto con los San-Ti. Es una forma de elegir como morir, pero también una que le da una pequeña posibilidad de revivir y, de paso, hacer realidad como protagonista el sueño de la mujer que ama.
A partir de ese momento el experimento de la sonda deja de ser para Jin su cima profesional, su intento a vida o muerte de ganar una ventaja sobre la futura invasión. A ella y a nosotros lo que nos importa de ese envió, que depende de 300 bombas nucleares desplegadas en el espacio, es que todo salga bien para que Will llegue a los San-Ti, le revivan y pueda encontrarse con una Jin que ya ha roto con su novio por "estar enamorada de un cerebro en el espacio". Es como el gato de Schrödinger del amor... Pero lo cierto es que la serie no tarda mucho en dejarnos con muy pocas esperanzas románticas al fallar el experimento y quedar el cerebro de Will a la deriva en el espacio... Un momento cruel, pero bonito y que sostiene de manera emocional toda la segunda parte de la serie. Uno de esos capaces de enamorarte de El problema de los 3 cuerpos a pesar de no ser fan de la ciencia ficción.
