Se habla mucho cuando una mujer acude a una alfombra roja vestida de esmoquin pero ya era hora de que la moda sin género funcionara en ambas direcciones. El responsable de hacer saltar por los aires cualquier límite entre géneros ha sido Billy Porter en los Oscar 2019. No esperábamos menos del actor que ya en los Globos de Oro demostró que a original no le gana nadie, ni siquiera Thimothee Chalamet y sus arneses de lentejuelas. Claro que, después de aquello, el listón estaba muy alto, ¿imposible superarse? Por supuesto que no. Billy Porter ha vuelto a hacerlo coronándose como el más original de la noche. Y eso que ha llegado de los primeros pero su look no dejaba lugar a dudas incluso mucho antes de que se cerrara la alfombra roja.

Oscars 2019 Billy Porter
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Lo ha conseguido gracias a un esmoquin confeccionado en exclusiva para él por la marca americana Christian Siriano. Un esmoquin que, si se viera de cintura para arriba, podría pensarse que se trata de uno con aires victorianos, con una pajarita pelín grande de más y unos puños de encajes con pretensiones pero poco más. Sin embargo, de cintura para abajo aparecía una grandísima falda de terciopelo negro, con capas de tul debajo para darle mucho más cuerpo. El resultado: el perfecto mix entre lo masculino y lo femenino. Lo mejor de un armario y lo mejor del otro fusionado en lo que es ya sin duda el look no gender definitivo.

Oscars 2019 Billy Porter
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Oscars 2019 Billy Porter
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Para los que no estén tan decididos a romper las barreras así, a lo loco, pueden optar por el look de Chadwick Boseman. Un traje de chaqueta y ¿falda pantalón? con ¿chaqueta con cola? de lentejuelas y blusa de satén con una larguísima lazada al cuello.

Oscars 2019 Chadwick Boseman
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Un estilo tan difícil de definir que puestos a elegir, mejor quedarse con el todo o nada de Billy Porter porque ya se sabe que a veces es mucho peor quedarse en un quiero y no puedo. No sabemos qué quería exactamente el protagonista de 'Black Panther' pero el resultado final es cuanto menos desconcertante. No le favorece demasiado y uno no sabe bien si está haciendo un homenaje a El Fary o si no se atrevió en el último momento por la falda. Sin embargo, con Billy Porter no queda lugar para la duda. Es un quiero y PUEDO.