Cualquiera que haya tenido la fortuna de contemplar el espectáculo cambiante de las dunas habrá quedado conmovido y nunca olvidará como los tonos dorados se cimbrean al ritmo del viento y de la luz del sol. De las dunas del Sahara a la Duna Grande peruana; de los desiertos de Namibia a las dunas gigantes de Badain Jaran, en China. El movimiento de la luz da una forma efímera, que cambia cada minuto, a esos paisajes sinuosos y atractivos que forman estas montañas de fina arena.
Estas dunas han servido como espejo a Audemars Piguet en su búsqueda del material perfecto para llevar esos sutiles cambios de luz a la alta relojería. El oro arena ya evoca esos territorios mágicos desde el nombre, pero el milagro llega cuando su interior se ilumina. El Royal Oak Tourbillon Volante Automático Openworked de 41 mm se ha fabricado en oro arena para que quien tenga el placer de llevarlo disfrute del espectáculo cambiante de la arena del desierto en su muñeca.
Resistente y mágico
El oro arena nunca había sido usado hasta ahora en Alta Relojería. Se trata de una aleación de oro de 18 quilates que el cobre y el paladio hacen más resistente al paso del tiempo. El resultado es de un tono entre el oro rosa y el oro blanco que nunca perderá su aspecto único.
Aparte de la magia propia del material, Audemars Piguet pone la suya en el tratamiento de cada una de las piezas del reloj. Para conseguir esos efectos de luz cambiante en los que se inspira el nuevo Royal Oak Tourbillon, algunas superficies de la caja y el brazalete han sido tratadas con un cepillado satinado y otras con el achaflanado pulido. Ambas técnicas son propias de una firma que lleva fabricando los relojes más especiales desde 1875.
El milagro de la luz cobra fuerza cuando penetra entre la maquinaria del reloj, toda a la vista. El tono del oro arena adorna la pletina y los puentes del calibre 2972 que forma el corazón de este nuevo reloj. Cada componente está tratado de forma que realce el juego de luces cuando se ilumine. Un cristal de zafiro con tratamiento antirreflejo es la ventana perfecta para disfrutar de un espectáculo único cada segundo del día.
Precisión y excelencia
El tourbillon es una de las aportaciones más importantes de Audemars Piguet a la Alta Relojería de pulsera. Es un mecanismo que compensa la acción de la gravedad sobre los movimientos de los relojes. Audemars Piguet lo montó por primera vez en un reloj de pulsera en 1986. Los 7,2 milímetros de este tourbillon, algo muy poco frecuente en este tipo de relojes, son la declaración de intenciones de una marca que no aspira más que a la excelencia.
El gran reto del Royal Oak Tourbillon Volante Automático Openworked de 41 mm ha sido desnudarse para que sus poseedores puedan disfrutar de sus movimientos. Para maximizar el efecto era necesario aligerar la maquinaria al máximo para que la luz pudiera penetrar entre las piezas. Las técnicas más avanzadas de mecanizado por ordenador (CNC) y por descarga eléctrica (EDM) han permitido eliminar pequeñas cantidades de material a cada pieza manteniendo la legendaria precisión que acompaña a la marca desde sus inicios a finales del siglo XIX.
Todo este proceso, este afán por adelgazar la maquinaria, no está reñido con el trabajo de decoración de Alta Relojería que pone mimo infinito en cada detalle. El satinado, el satinado circular o los rayos de sol se hacen presentes en diferentes partes de este calibre 2972. La distinción se esconde en los ángulos pulidos en V, que en piezas de ese tamaño sólo se pueden lograr a mano.
El Royal Oak Tourbillon Volante Automático Openworked de 41 mm es el heredero de una gran tradición de relojes de oro de Audemars Piguet. El oro fue utilizado por primera vez en esta colección en la versión femenina del Royal Oak II (1977). Desde entonces oro blanco, amarillo o rosa han formado parte de una familia de leyenda. El oro arena viene a demostrar que los casi 150 años de historia de la fábrica no les impiden seguir investigando en la adopción de nuevos materiales y, sobre todo, sirve para recrear en la muñeca de sus poseedores el juego de luces de las evocadoras dunas del desierto.