- Te contamos como hacer una de las recetas más fáciles y rápidas de hacer que te lleves la comida al trabajo.
- Para conseguir un buen pollo a la cerveza te recomendamos elegir una cerveza negra por su buen sabor al cocinar.
- Sus 30 años de historia son su mejor carta de presentación. No te preocupes por el alcohol, porque desaparece al ser cocinado.
Si no te puedes creer que este plato esté sobre mantel en 10 minutos es que has subestimado el hambre que le entra al estómago cuando la salsa empieza a desprender su característico olor. No sólo estará listo en este tiempo, sino que vas a tardar aún menos en comértelo.
Es una de las recetas más fáciles y rápidas de hacer para no malgastar tiempo y llegar puntuales a la oficina después de comer. Además de ser un clásico de los recetarios de comida casera y tradicional.
¿Lo primero de todo? Elegir una cerveza negra por su buen sabor al cocinar. No hay de qué preocuparse por el alcohol porque desaparece al cocinarlo. Nadie llegará borracho a la oficina, al menos no por este plato.
Ingredientes:
- Un par de muslos de pollo o una pechuga (a gusto).
- Una zanahoria.
- Media cebolla.
- Un diente de ajo
- 150ml de cerveza negra.
- Harina, sal, pimienta y aceite.
Bien sea en muslos o en pechuga (cortada en tacos) se condimenta el pollo con sal y pimienta, se enharina, se pasa por la sartén durante un par de minutos y se retira del fuego para seguir con el resto de la receta.
En ese mismo aceite se pocha la cebolla, el ajo, la zanahoria (opcional pimiento rojo). Todo cortado en dados para dar más cuerpo al plato. Cuando este sofrito empiece a dorarse, se incorpora el pollo, la cerveza y un poco de agua para que no espese tan deprisa.
Como mucho habremos gastado seis minutos del tiempo máximo para llegar a tiempo a la oficina sin ir con la salsa por la barbilla y el pollo en la garganta.
Y el resto de tiempo sobrante, cuatro minutos, podemos emplearlo para dejar cocer más el pollo o para preparar una guarnición de patatas.
¿Has visto que fácil? Ahora te toca a ti.
