El escarabajo es uno de los amuletos más conocidos de la historia desde que en el Antiguo Egipto se popularizara su divinidad. Paredes, joyas y numerosos objetos de valor tenían su representación dibujada para ofrecer protección contra todo tipo de enfermedades, e incluso la muerte. Pero, ¿cómo una criatura tan pequeña puede llevar tanta historia dentro de su cuerpo?

Los egipcios relacionaron su poder con el dios Khepri. Dios del Sol y símbolo de la vida eterna, era representado como un hombre con cabeza de escarabajo. La mitología cuenta que Khepri se creaba a sí mismo cada mañana, renacía como el Sol y de ahí su unión a la vida eterna.

De ahí que el pueblo hablara del insecto como "el Gran Dios", el Ra, el creador de todo el universo. Uno de los dioses que dieron lugar a la mitología, de nuevo símbolo de la luz del sol, de la vida y de la muerte. Se convirtió, a su vez, en el Dios oficial de los faraones, aunque su cabeza no era de escarabajo sino de halcón.

Incluso en el proceso de momificación, el escarabajo encarnó un papel principal. En toda esa parafernalia egipcia que llevaba al fallecido a una nueva vida este insecto tenía mucho que decir. En la parte de granito del sarcófago que representaba el corazón se tallaban varios de ellos como símbolo de la resurrección.

Con el paso del tiempo su función se ha ido desdibujando hasta acabar siendo un amuleto y objeto de colección. Pero no es de extrañar que la cultura popular, a día de hoy, lo vea como un símbolo de buena suerte. Lo demostraron sus reyes, fue adoptado por todas las clases sociales de la época y se le consideró un Dios. ¿Qué más quieres? Si tienes una de estas piezas en tu poder y no sabías qué hacer con ella, guárdala y llévala siempre contigo. Ya sabes en qué te puede ayudar.

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Anillo con el escarabajo egipcio